Dra. Julia Santín opina sobre cambio a horario de invierno

Este sábado 14 de mayo se establecerá una nueva modalidad de cambio de hora, en esta ocasión el horario de invierno solo durará tres meses, hasta el mes de agosto.

Fecha: 13 de mayo 2016

Fueron muchas las voces que pidieron este cambio, pensando en una mayor luminosidad temprano en la mañana, cuando comienza la jornada escolar y laboral, en orden a preservar la calidad de vida y de sueño. Si bien todos los cambios de horario producen algún trastorno, la especialista Dra. Julia Santin, neuróloga de la Facultad de Medicina y Directora del Centro del Sueño UC CHRISTUS, comenta que este es el “cambio menos malo”.

La académica de la Facultad de Medicina UC puntualizó que con esta modificación nos acercamos más al huso horario que nos corresponde por nuestra ubicación geográfica, de manera que el sueño está más regulado. “Cualquier cambio de hora influye en el dormir, sin embargo, si comparamos los dos cambios, éste es el mejor, porque entre otras cosas el retrasar el reloj, nos va a permitir dormir una hora más el día del cambio, lo que será beneficioso,  puesto que gran parte de los chilenos tiene privación crónica de sueño”, afirmó.

“Una persona sin trastorno del sueño, en general a los 2-3 días va a estar adaptado al nuevo horario. Sin embargo las personas que tienen un trastorno del sueño tendrán más dificultades en este proceso.  Si en este período de adaptación aparece somnolencia en los días que siguen al cambio hay que ser especialmente cauto y en ese sentido es aconsejable no manejar”, señaló.

Este cambio favorecerá la luminosidad en la mañana. “El ser humano está hecho para la luz, de manera que si amanecemos con luz vamos a despertar mejor y vamos a estar más alerta.  Esto se debe a que tenemos un reloj biológico interno, ubicado en el cerebro, que es regulado por la luminosidad ambiental, de manera que la presencia de luz nos induce a permanecer en vigilia”.

La Dra. Santín refuerza la idea, que el problema de la privación de sueño aunque sea por corto tiempo, nos hace despertar más cansados, más somnolientos y más irritables.  Esto se dará con más frecuencia en el próximo cambio, “antes teníamos seis meses para adaptarnos, ahora van a ser dos cambios en tres meses, lo que dificultará el proceso de adaptación. Como comentaba anteriormente, la privación de sueño además produce somnolencia durante el día, se asocia a  riesgo cardiovascular y nos puede hacer engordar, por lo que hay que considerar que el sueño no solamente tiene que ver con sentirse bien o mal, sino que también tiene otras implicancias muy importantes para la salud.

Las recomendaciones son fundamentalmente para quienes han sufrido trastornos del sueño. “Hay que tener cuidado con las personas que tienen por ejemplo, una apnea de sueño, insomnio, malos hábitos o que trabajan en turnos. Es bueno aprovechar este cambio porque al oscurecer más temprano, nos dará sueño antes con más facilidad, aprovechemos esto para mejorar los hábitos de sueño, que incluyen restringir el uso de pantallas luminosas en la tarde/noche (computador, tablet, teléfonos inteligentes, etc.) y evitar la ingesta de bebidas energéticas o que contengan cafeína en la tarde, entre otras medidas”, advirtió la experta.

 

 

 

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