Las adenopatías pueden ser la primera manifestación de numerosas enfermedades en la infancia. Muchas de ellas modificarán su evolución de manera sustancial si son diagnosticadas de forma precoz. En este artículo revisaremos los principales predictores de malignidad en esas lesiones.
7 junio 2018
INTRODUCCIÓN
La aparición de adenomegalias es una consulta frecuente en la infancia, por tres motivos básicos: la hiperplasia del tejido linfoide que existe hasta los 10-12 años: una respuesta aumentada frente a estímulos antigénicos propia de la edad; y una mayor frecuencia de infecciones.1
Se denomina adenopatía o linfadenopatías a los ganglios linfáticos anormales en número, consistencia o tamaño. Hablamos de adenopatías frente a 1,2:
Un ganglio linfático puede aumentar por muchos motivos, entre ellos3:
¿QUÉ NOS ORIENTA A PENSAR EN UNA ADENOPATIA PUEDA SER MALIGNA?
La Guía Clínica Linfoma y tumores sólidos en menores de 15 años propone como banderas rojas a pacientes con linfadenopatías sin componente inflamatorio o a:
Celenk F. y cols. realizaron un estudio de cohorte prospectivo en un centro de atención ambulatoria de Estambul. En él evaluaron 218 niños con linfadenopatías cervicales, y los siguieron con el objetivo de evaluar las etiologías finales de sus lesiones y definir factores de riesgo de malignidad. El estudio mostró asociación con malignidad en:
En conclusión, los autores indican que consistencia gomosa, presencia de síntomas B, ácido úrico elevado y leucopenia, se asocian a mayor riesgo de malignidad5. Debemos considerar, sin embargo, que los estimadores de efecto tienen intervalos de confianza amplios por lo que se debe interpretar con cautela estos resultados.
Por su parte, Bozlak S. y cols. condujeron un estudio retrospectivo en el servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Turquía, destinado a identificar los factores clínicos para malignidad. El estudio evaluó 575 pacientes con una linfadenopatía cervical persistente, de los cuales 159 eran niños. Realizaron un análisis multivariado en el grupo de niños y se determinó asociación entre malignidad y 6:
Es importante recordar que el estudio se realizó en un servicio de Otorrinolaringología, de modo que los niños correspondían a población derivada, y por lo tanto seleccionada. Esto, sumado a un N relativamente pequeño (159), podría influir en la significancia estadística de los resultados.
Si contrastamos la información disponible de ambos estudios, más lo que sugiere la guía de clínica Linfoma y tumores sólidos en menores de 15 años del Ministerio de Salud de Chile, tenemos los siguientes predictores de malignidad:
RESUMEN
Se denomina adenopatía o linfadenopatía a los ganglios linfáticos anormales en número, consistencia o tamaño.
Es importante la caracterización de las adenopatías en cada caso en particular, ya que un diagnóstico precoz y una rápida derivación del paciente a un centro especializado pueden reducir su morbimortalidad.
Distintos estudios y guías de práctica clínica sugieren la existencia de ciertas características clínicas o de laboratorio predictores de malignidad. Reconocerlas es clave en la evaluación de estos pacientes.
REFERENCIAS
1.- Ferrer R. Lymphadenopathy: differential diagnosis and evaluation. Am Fam Physician. 1998; 58:1313-20.
2.- García Aguado J. Estudio del paciente con adenopatías periféricas. En: AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría 2010. Madrid: Exlibris Ediciones; 2010. p.31-42
3.- Schreiber JR, Berman BW. Lymphadenopathy. In: Kliegman RM, Nieder ML, Super DM (eds.). Practical Strategies in Pediatric Diagnosis and Therapy. Philadelphia: Saunders; 1996. p. 791-803.
4.- Ministerio de Salud (MINSAL) Santiago, Chile. Guía Clínica Linfoma y tumores sólidos en menores de 15 años.
5.- Celenk F, Gulsen S, Baysal E, et al. Predictive factors for malignancy in patients with persistent cervical lymphadenopathy. Eur Arch Otorhinolaryngol 2016; 273:251–6
6.- Bozlak S, Varkal MA, Yildiz I , et al. Cervical lymphadenopathies in children: a prospective clinical cohort study. Int J Pediatr Otorhinolaryngol 2016; 82:81–7.