¿Mi hijo tiene realmente déficit atencional?

¿Mi hijo tiene realmente déficit atencional?

Fecha: 5 de febrero 2016

Actualmente se asocia al Síndrome de Déficit Atencional (SDA) a niños que pierden sus útiles escolares, suelen conversar en clases, presentan muchas anotaciones en el libro de clases, tienen poca retención al estudiar, generalmente están desconcentrados y tienen baja autoestima, pero más allá de esto ¿qué es el déficit atencional y cuál es la mejor forma de abordarlo?

Se estima que hasta un 15% de la población en edad escolar posee esta condición en Chile. En general, uno de los grandes mitos que existe en nuestra sociedad es que los niños con este trastorno son muy inquietos. Sin embargo, esto no es así totalmente. “El Déficit Simple, por ejemplo, se puede detectar alrededor de los 4 años en adelante y se observa en niños tranquilos”, indica Montserrat Sepúlveda, psicopedagoga de la Facultad de Medicina UC. Algunas de las características que pueden alertar sobre un caso como este son: el niño parece no escuchar, comete errores por descuido, tiene dificultades para mantener la atención, no sigue instrucciones, tiene problemas para organizarse, evita realizar un esfuerzo mental sostenido, pierde objetos y se distrae ante estímulos irrelevantes.

Por la otra vereda, también podemos encontrarnos con el Déficit Atencional con Hiperactividad. “Este es el que más se suele asociar a este síndrome, se observa a edad temprana y alrededor de los 13 años baja la hiperactividad. Los pequeños que presentan esta variante suelen tener dificultad para permanecer sentados, mueven las manos y pies sin control, saltan o corren en situaciones poco apropiadas, tienen dificultades para jugar tranquilos o disfrutar de sus tiempos de ocio, están siempre como motor en marcha, de hecho a menudo hablan en exceso y al momento de estudiar suelen comenzar una actividad y rápidamente abandonarla”, agrega la especialista de la UC.

Asimismo, es posible observar un Síndrome de Déficit Atencional con predominio de impulsividad. «Niños que hablen antes que les pregunten cualquier cosa, que no respeten los turnos, interrumpen y no miden los riesgos de sus acciones, son los que típicamente se asocian a éste», indica Montserrat Sepúlveda.

Sin embargo, en general, el déficit atencional puede estar acompañado de baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, sensibilidad, dificultades de aprendizaje, trastornos de conducta y mal humor.

¿Cómo diagnosticar entonces qué tipo de déficit estamos enfrentando? Actualmente, lo más adecuado para identificar el déficit atencional es trabajar en equipo, es decir que tanto la familia, como el colegio, especialistas como neurólogos, psiquiatras y psicopedagogos se involucren. “Existen diversos tipos de tratamiento, pero el principal siempre tendrá que ver con mantener la paciencia y trabajar en base al refuerzo positivo, entregar instrucciones claras, trabajar en pequeños módulos o realizar tareas para evitar distracciones y fatiga”, señala Sepúlveda. Además, es muy importante tener en cuenta que no siempre es necesario cambiar a los niños con Déficit Atencional a colegios más pequeños, ya que se pueden realizar adecuaciones en el aula para evitar que se desconcentren o que molesten a sus compañeros.

Otro tema que es relevante entender es que los colegios no pueden obligar a los padres a que los niños comiencen tratamientos farmacológicos, es necesario siempre recordar que todos los niños aprenden en tiempos y ritmos diferentes. El déficit atencional tampoco es un impedimento para estudiar a futuro una carrera o desenvolverse en el trabajo. Lo importante en definitiva es aprender herramientas que sirvan para evitar cometer errores por distracción”, enfatiza Montserrat Sepúlveda, de la Facultad de Medicina de la U. Católica.

Por último, no se debe confundir el déficit jamás con aburrimiento y cambios de humor originados por diferentes problemas o situaciones que puedan estar afectando a los niños, como por ejemplo la llegada de un hermano o la separación de los padres. En estos casos es necesario consultar a especialistas para descartar otro tipo de dificultades.

Recomendaciones para padres en el caso de enfrentar niños con déficit:

– Entender que la  conducta y acciones del niño son involuntarias.
– La crítica no ayuda a que los comportamientos de los niños cambien.
– El  reto o castigo físico sólo empeoran la conducta.
– Comprender que el niño con déficit atencional es un niño sano, pero que no está en armonía.
– Es necesario estimular, reforzar y apoyar a los pequeños cuando trabajan bien.
– Importante establecer límites claros.

Sugerencias para profesores:

– Sentar al niño cerca del escritorio del docente.
– Ojalá que esté preferentemente en las primeras filas, dando la espalda al resto de los alumnos (de esta forma evitaremos distracciones provenientes de otros niños).
– Evitar elementos distractores en el aula (carteles, láminas, etc.) y cambios de planes o físicos (ubicación de objetos, cambios de lugar, etc.).
– Entregar responsabilidades dentro y fuera de la sala.
– Orientar a los padres a diseñar una rutina de horarios y actividades, a controlar las tareas del niño, y a asignarle un lugar propio en casa para la realización de las tareas.
– Sostener la mirada cuando se dirija al alumno.
– Dar consignas claras y precisas.
– Cuando entregue una indicación asegúrese que la haya comprendido su alumno.
– Enseñe al estudiante a solicitar ayuda cuando la necesita.
– Pídale realizar una agenda al pequeño para indicarle las tareas diarias, y que sea revisada por los padres.