Este proyecto busca evaluar en forma integrada la interacción de las hormonas leptina, cortisol y GLP-1 en la regulación del apetito y gasto energético. El estudio se realizará en dos modelos opuestos de adiposidad: la obesidad y la lipodistrofia.
Fecha: 13 de diciembre 2021
Las enfermedades por exceso y por deficiencia de tejido adiposo (obesidad y lipodistrofia, respectivamente) determinan numerosos defectos metabólicos que a su vez causan exceso de mortalidad y morbilidad.
La obesidad es una epidemia mundial y el acceso a comida cambió dramáticamente en las últimas décadas, por lo que debemos entender mejor cómo funciona el complejo proceso del apetito y metabolismo para descubrir nuevas opciones terapéuticas para esta enfermedad.
Por el contrario, la lipodistrofia es un enfermedad rara, muchas veces de causa genética, y que determina una gran resistencia a la insulina. “Paradójicamente, los dos extremos de la adiposidad corporal cursan con idénticas alteraciones metabólicas”, explica el Dr. Víctor Cortés, investigador del Departamento de Nutrición, Diabetes y Metabolismo e investigador principal del estudio.
En este contexto surge el proyecto de investigación Neuroendocrine regulation of food intake and energy expenditure: an integrated view of obesity and lipodystrophy, que busca evaluar en forma integrada la interacción de las hormonas cortisol (producido en la glándula suprarrenal), leptina (en el tejido graso) y GLP-1 (principalmente en el intestino) en la regulación del apetito y gasto energético.
“Los estudios planificados serán tanto en ratones como humanos, y en dos modelos opuestos: el exceso de tejido graso que representa la obesidad y el déficit de tejido graso que se denomina lipodistrofia”, cuenta el Dr. René Baudrand, investigador principal y director del proyecto.
“Nos llamó la atención que la mayoría de las hormonas reguladoras del apetito se han estudiado en forma separada y no en forma integrada como realmente funcionan. Es por eso que diseñamos estudios más interactivos donde se puede evaluar cómo cambian las otras hormonas al suplementar o bloquear una tercera”, agrega el Dr. Baudrand, también clínico y docente de Endocrinología UC.
Los proyectos Anillo tienen un presupuesto equivalente a tres Fondecyt y el proceso de selección implica la evaluación por pares internacionales y con muy pocos cupos, por lo que el equipo tras el estudio está muy motivado en iniciar los trabajos de investigación.
“Somos un equipo multidisciplinario de investigadores médicos y biólogos, dedicados a la endocrinología, nutrición y metabolismo, con un enfoque básico y clínico combinado”, finaliza el Dr. Cortés.
El equipo también está conformado por el Dr. Claudio Pérez del Departamento de Fisiología de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, también investigador principal, y el Dr. Bredford Kerr, de la Universidad San Sebastián, como investigador asociado.