En el Día Mundial del Sueño especialistas UC hablan sobre la importancia de tener un buen dormir

Las neurólogas docentes y miembros del Centro del Sueño UC Carolina Aguirre y Julia Santín, explican cuáles son los principales trastornos del sueño, cómo factores externos lo pueden afectar, y entregan recomendaciones para conciliar el sueño y lograr un buen dormir.

Fecha: 18 de marzo 2022

El Día Mundial del Sueño es un evento anual destinado a ser una celebración y un llamado a la acción sobre temas importantes relacionados con el sueño incluyendo áreas como la medicina, educación, aspectos sociales y conductuales. Está organizado por el Comité del Día Mundial del Sueño de la Sociedad Mundial del Sueño y tiene como objetivo disminuir la carga de los problemas del sueño en la sociedad a través de una mejor prevención y manejo de sus trastornos.

“Es importante cuidar la calidad del sueño para tener una mente plena y sana. Si no duermes bien en el día tampoco estarás bien, funcionarás a medias. Ese es el mensaje que siempre entregamos los especialistas. Aun así, las personas siguen con conductas que atientan contra el buen dormir y que tienen que ver sobre todo con la sobreexposición de pantallas y hábitos nocturnos, situación que se incrementó con la pandemia”, explica la Dra. Carolina Aguirre.

“Además, culturalmente tenemos esta costumbre de tratar de hacer la mayor cantidad de cosas durante el día, estirar al máximo el día y que la noche pase rápido para que llegue de nuevo otro día y podamos hacer la mayor cantidad de cosas posibles”, agrega la neuróloga y docente UC.

El sueño en sí mismo genera un estado de quiescencia física que le permite a las personas recuperarse de las actividades del día, pero además de su rol restaurativo tiene un rol cognitivo, ya que hay una serie de procesos que se producen en el cerebro cuando uno está durmiendo.

“Cuando uno duerme se eliminan sustancias tóxicas, se consolida la memoria, y alinearnos con el ciclo sueño-vigilia en base al día y la noche permite que funcione una serie de otras cosas en el cuerpo. Por ejemplo, hormonas como la del crecimiento sólo se secretan en la noche mientras dormimos, y si la noche te sorprende despierto esa producción se ve afectada. Entonces dormir tiene un impacto más allá del descanso”, comenta la Dra. Julia Santín.

Trastornos del sueño

Dos de las categorías más grandes relacionadas al sueño tienen que ver con la cantidad y calidad de este. Lo más frecuente es no dormir la cantidad de horas que requiere el cuerpo: “la falta crónica del sueño puede traer problemas cognitivos, producir un cansancio constante, generar necesidad de estimulantes como el café o fármacos. Además, se ha asociado a enfermedades metabólicas como sobrepeso, diabetes y enfermedades cardio y cerebrovasculares”, indica la Dra. Santín.

En este sentido, la recomendación es que los adolescentes duerman idealmente 9 horas, los adultos entre 7 y 8 horas, mientras que en niños y niñas es más relativo según su edad, ya que los más pequeños pueden llegar a necesitar hasta 16 horas de sueño diarias. En los adultos mayores hay una reducción fisiológica del tiempo de sueño nocturno.

Por otro lado, las docentes y especialistas de la Escuela de Medicina UC, explican que también hay problemas relacionados a la calidad del sueño, el cual puede afectar incluso a las personas que se preocupan de acostarse temprano, pero que no logran dormir profunda y reparadoramente.

Aquí hay múltiples trastornos del sueño que pueden están detrás y que se pueden categorizar en cinco grupos: trastornos respiratorios, insomnio, trastornos de movimiento, parasomnias, y trastornos del ritmo circadiano.

Dentro de los más frecuentes están los trastornos respiratorios que conllevan a dificultades para que la persona se oxigene mientras duerme. En este ítem entran los roncadores y quienes padecen apnea. Por su parte los insomnios hacen que las personas duerman pocas horas porque no logran conciliar el sueño y al día siguiente están muy cansados. Esto pasa porque el organismo está en un estado de hiperalerta y por lo mismo no logran conciliar el sueño.

“El insomnio puede ser agudo o crónico, entonces el tratamiento depende de la severidad: puede ir desde bajar de peso, dejar de fumar y hacer ejercicio hasta intervenciones quirúrgicas o utilización de dispositivos que toman el aire ambiental y lo meten a presión en tu cuerpo. Para el insomnio es importante la higiene del sueño, llevarle señales al cerebro para que sepa que es de noche y que es hora de apagarse”, explica la Dra. Aguirre.

Las parasomnias hacen que las personas hagan cosas cuando duermen, la más común son los sonámbulos y el trastorno de conducta del sueño REM en que las personas actúan lo que sueñan. Entre los trastornos del sueño del movimiento está el síndrome de piernas inquietas en el que las personas no pueden dormirse porque no pueden dejar las piernas inmóviles y la incomodidad sólo se alivia cuando se mueven.

También están los trastornos de ritmo circadiano que se relacionan con la capacidad del organismo de alinearse con el día y la noche. “Nosotros tenemos un reloj en el hipotálamo que recibe señales de la retina captando cuándo es de día para activarse y cuándo es de noche para desactivarse. Este reloj a veces se descoloca por ejemplo a causa del jet lag debido a viajes intercontinentales en los que se atraviesan varios husos horarios en corto tiempo”, comenta la Dra. Aguirre.

“En este grupo también están quienes padecen el síndrome de fase retrasada de sueño, trastorno más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, quienes duermen la cantidad de horas correctas con un sueño de buena calidad, pero en un horario inapropiado”, agrega la Dra. Santín.

Situación mundial actual y el sueño

Factores externos como la pandemia y la guerra en Ucrania también pueden afectar el buen dormir, y en el caso de los chilenos estas situaciones vienen desde el estallido social.

“Especialmente con la pandemia, nuestras rutinas y hábitos se vieron alterados. Por ejemplo, ahora los papás están 24/7 con los niños, el lugar en donde tú dormías ahora también es tu oficina, muchas veces no te pones ropa porque estás todo el día en pijama, te duchas a las 2 de la tarde en vez de hacerlo en la mañana, aprovechas de dormir una siesta, en fin, se genera un desorden para la vida y para el ciclo sueño-vigilia”, explica la Dra. Carolina Aguirre.

Esto se suma a que en estos contextos las personas están sobreexpuestas a información, pasando muchas horas del día frente a distintas pantallas: televisor, computador, celular, Tablet, entre otros. La situación país y mundial finalmente ha hecho, y lo sigue haciendo, que las personas estén en un estado de hiperactividad cerebral e hiperconectividad a causa de una sobreestimulación.

“Además de este estado de hiperactividad cerebral, se suma el hecho de que las pantallas en sí mismas en exceso pueden ser dañinas y engañan al reloj biológico, puesto que retrasan la secreción de melatonina”, finaliza la Dra. Julia Santín.

Los 10 mandamientos para una buena higiene del sueño en adultos

  1. Fijar la hora de dormir y despertar
  2. Si duerme siesta no sobrepasar los 45 minutos diarios
  3. No beber alcohol en cantidades excesivas 4 horas antes de acostarse y no fumar
  4. No tomar cafeína 6 horas antes de acostarse: incluye café, té, bebidas colas y chocolate
  5. No ingerir comidas copiosas, picantes o muy dulces 4 horas antes de acostarse
  6. Hacer ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de acostarse
  7. Dormir en un espacio cómodo
  8. Mantener una temperatura confortable y buena ventilación en el dormitorio
  9. Bloquear ruidos y eliminar luces innecesarias en el dormitorio
  10. Elude realizar actividades como trabajar o ver televisión en la cama

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