El 18 de octubre pasado marcó un antes y un después en Chile con el estallido de una crisis social que hoy lleva casi un mes. Miedo, pena, irritabilidad, rabia, cefalea, angustia y ansiedad, junto con trastornos del ánimo, apetito y sueño, son algunos de los síntomas habituales que sienten las personas en situaciones de crisis o emergencias.
Fecha: 14 de noviembre 2019
En este contexto de crisis social, académicos del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina UC entregan recomendaciones específicas para disminuir y controlar los niveles de angustia de las personas según rango etario: población general, adulto mayor, niños y adolescentes.
Población general
Los psiquiatras y académicos del Departamento de Psiquiatría UC, Constanza Caneo y Rodrigo Figueroa, entregan estrategias de salud mental para que la población pueda liberar su angustia y encontrar momentos de tranquilidad, asegurando que es normal tener este tipo de sensaciones en contextos de crisis y emergencias.
Entre los tips está leer libros y escuchar música, especialmente considerando que ahora los tiempos de traslados son más largos; realizar ejercicios de respiración que consisten en inhalar durante cuatro segundos, exhalar durante cuatro segundos y luego aguantar el aire otros cuatro segundos, y hacer esto durante al menos cinco minutos cada vez que la persona lo sienta necesario.
Limitar y organizar el consumo de noticias. Independiente si son medios de comunicación masivos o redes sociales, es recomendable acotar la exposición, ideal una vez al día por dos horas. Realizar ejercicio aeróbico durante 30 minutos cuatro veces a la semana, para regular los niveles de adrenalina en el cuerpo y así disminuir la angustia y prevenir el trastorno de estrés postraumático.
Dormir bien y recordar alimentarse e hidratarse. El buen dormir es muy importante, ya que la zona del cerebro encargada de controlar la angustia y la ansiedad comienza a debilitarse en su función durante el día y en el sueño se recupera. Respecto a la comida e hidratación lo importante es recordarla y mantenerla saludable, porque muchas veces con el apuro las personas lo olvidan o se alimentan mal e ingieren poca o nada de agua.
Por último, se recomienda pasar tiempo con la familia, amigos y seres queridos en general y dejar que las conversaciones fluyan desde el respeto. En estos encuentros es tan importante hablar banalidades como conocer la opinión del otro o hablar de lo que les está pasando, formando así una instancia de contención y apoyo.
Adultos Mayores
En el caso de los adultos mayores, los doctores UC recuerdan que muchos viven solos y tienen miedo de salir a la calle, y que en ese contexto las personas deben estar más presentes y pendientes de lo normal. La compañía es un buen regulador de la inseguridad y la angustia, siendo necesario que la familia o red de contención de los adultos mayores se pongan de acuerdo y los acompañen.
Aunque puedan ser autovalentes, en situaciones de emergencia es bueno que su entorno esté pendiente: en general deben mantener sus rutinas, respetar sus horarios y no exponerlos a mucha información asociada a la crisis. Es importante conversar con ellos, escuchar sus quejas y sus miedos, ponerles música de su gusto, salir a caminar en la medida de lo posible, y ver películas no violentas.
El Dr. Rodrigo Figueroa, quien además es Jefe de la Unidad de Trauma y Disociación UC, comenta que otras formas de cuidar a este grupo etario es asegurando la continuidad de sus tratamientos, considerando que varias farmacias están cerradas. También necesitan asegurar su acceso a lentes y dispositivos auditivos, ya que la desconexión sensorial contribuye a la desorientación y a la angustia, si están con la familia y no escuchan o no ven, no se sentirán parte.
También es importante que realicen algún tipo de ejercicio físico y actividad recreativa de su interés y gusto, y que sus cercanos consideren que muchos de ellos en sus años de vida pudieron haber tenido experiencias traumáticas, ya sean de violencia política o violencia en general, y que pueden estar reviviendo con la situación actual del país.
Niños y Adolescentes
El Dr. Bernardo Pacheco, académico de la Escuela de Medicina UC y psiquiatra especialista en niños y adolescentes, dice que ante situaciones de crisis es importante que padres o adultos responsables entiendan qué reacciones son esperadas en niños y adolescentes.
Los niños más pequeños o preescolares, frente a crisis sociales tienden a reaccionar habitualmente con un aumento de búsqueda de apego, es posible que el niño llore o se queje con frecuencia y no quiera apartarse de ellos, también pueden ocurrir conductas regresivas, como volver a querer dormir con los papás o temerle a la oscuridad. Tienden a querer permanecer en casa.
En el caso de los niños escolares, éstos pueden presentar alguno de esos mismos comportamientos, pero dada su mayor capacidad de darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor pueden preguntar o cuestionarse sobre lo que ven y escuchan. También es posible que quieran hablar sobre el tema o que pasen por momentos en los que prefirieran guardar silencio. A esta edad los niños pueden mostrarse irritables, presentar dificultades para mantener su trabajo escolar e incluso rechazar ir al colegio si están con temor o dudas de si todo está bien.
En términos generales, para estos rangos etarios es recomendable mantener la calma, evitar la exposición a medios de divulgación nacional que muestren situaciones de violencia, es importante resguardarlos, lo que también implica el cuidado de los padres al momento de comentar o hablar sobre situaciones de violencia. Así mismo, es recomendable mantener las rutinas con los niños en la medida de lo posible, que asistan a su jardín o escuela y mantengan los horarios y rutinas en casa.
En el caso de los padres o adultos a cargo de niños escolares mayores, ellos no deben hacer como si nada pasara, es importante que respondan sus inquietudes y hacerlo de forma sencilla, sin dar detalles para evitar angustiarlos, trasmitiendo seguridad y calma y evitando que estén expuestos a los medios o a discusiones familiares conflictivas que no pueden comprender o analizar.
También es importante que el adulto pida su opinión y capte sus preocupaciones con preguntas como: ¿qué sabes?, ¿qué has escuchado?, ¿algo te da susto?, ¿extrañas o necesitas algo? Esto sirve para facilitar la comunicación con los niños y permite detectar alguna ansiedad o preocupación que pueda estar perturbándolo. Lo importante es generar un espacio de conversación y cercanía, teniendo en cuenta que el niño aun por sí solo no puede analizar la situación en su conjunto.
En el caso de adolescentes, el Dr. Bernardo Pacheco dice que es importante que los padres y adultos responsables sepan que las situaciones de crisis social pueden ser una condición favorable (vista desde una perspectiva positiva) para la expresión intelectual y emocional, convirtiéndose en una oportunidad de crecimiento personal. Para que lo anterior se favorezca, los adultos, en cuánto autoridades responsables, deben convertirse en interlocutores válidos, capaces de escuchar y permitir una opinión propia de lo que ocurre y les ocurre.
Que el adolecente sea capaz de analizar y criticar la crisis social no le hace daño, por el contrario, la crisis puede servirle para estimular su capacidad de situarse frente al mundo y a sí mismo. Sin embargo, dada su menor capacidad para enfrentar o anticipar situaciones complejas, el adolescente puede verse expuesto, por lo tanto, es importante que los adultos lo ayuden a evaluar este tipo de situaciones.
Finalmente el Dr. Pacheco explica que estimular el debate con los adolescentes no solo ayuda a la educación cívica sino también a detectar a aquellos adolescentes que pueden estar más expuestos a riesgos físicos o psicológicos, especialmente aquellos adolescentes que se han manifestado activamente y pueden estar en un estado emocional de mayor agitación o más ansiosos.