El 4 de marzo se conmemora el Día Mundial contra la Obesidad. El 2020 fue el primer año en que se celebró de forma unificada en varios países -algunos lo hacían en octubre y otros en noviembre- y pasó prácticamente inadvertido.
Fecha: 8 de marzo 2021
Y es que el 4 de marzo -ocasión escogida por importantes instituciones norteamericanas, europeas, latinoamericanas, asiáticas y que contó con la venia de la OMS- el Covid-19 causaba estragos en Europa y se estaban registrando los primeros casos en América.
“Hoy -después de más de 115 millones de contagios y 2.5 millones de muertes a nivel mundial- hemos aprendido que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para cursar con una infección grave y fallecer por COVID-19”, señala el Dr. Rodrigo Muñoz, cirujano digestivo, Director del Centro de Tratamiento de la Obesidad UC CHRISTUS y Académico de la Escuela de Medicina UC.
La obesidad produce un estado de inflamación sistémica crónica subclínica que facilita el daño en diferentes órganos y tejidos en pacientes con COVID-19. Si a esto agregamos que el exceso de tejido adiposo impone una carga extra de trabajo al sistema respiratorio podemos entender mejor la relación COVID-Obesidad.
La experiencia clínica ha demostrado que las personas con obesidad presentan mayor dificultad ante la ventilación mecánica y más riesgo de desarrollar infecciones.
Los pacientes con obesidad tienen una menor capacidad ventilatoria y no pueden responder igual como lo haría una persona sin todo ese peso extra frente a una infección pulmonar.
Si las personas con obesidad ya eran un grupo de riesgo para desarrollar enfermedades metabólicas, cardíacas, psicológicas y diversos tipos de cáncer, hoy la amenaza es aún mayor a raíz de la pandemia del Covid-19.
Debemos aprovechar este día para tomar conciencia sobre las negativas consecuencias para la salud que tiene la obesidad.
Es absolutamente necesario de una vez por todas considerar a la obesidad por lo que es: una enfermedad crónica que afecta la salud, deteriora la calidad de vida y disminuye la expectativa de vida de quienes la sufren.
“Debemos enfocarnos en la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento por parte de un equipo multidisciplinario. Así como el cáncer, la diabetes o hipertensión requieren tratamientos eficaces y oportunos, es necesario asegurar a todos quienes sufren esta enfermedad que cuenten con terapias accesibles en el Sistema de Salud Público y Privado”, finaliza el especialista.