La investigación desarrollada entre los Departamentos de Enfermedades Infecciosas y Endocrinología UC siguió una cohorte de 70 personas que recientemente habían sido diagnosticadas de VIH.
Fecha: 8 de abril 2019
Al entrar en contacto con el organismo, el VIH impacta negativamente en sus distintas funciones. Aunque se empiece la terapia antirretroviral, las posibilidades de que produzca daños en la salud ósea se ha advertido desde hace algún tiempo; sin embargo, un grupo de investigadores de los Departamentos de Enfermedades Infecciosas y Endocrinología UC decidió revisar justo ese momento entre el diagnóstico y el inicio de la terapia para comprobar cuándo comenzaban los efectos.
“Tomamos un grupo de pacientes que recientemente se habían diagnosticado, que no se encontraban en terapia antirretroviral y excluíamos a quienes tuviesen posibles causas de enfermedades óseas: mayores de 50 años, usuarios de corticoides, personas con problemas de tiroides, etc. Esto no se había hecho antes”, explicó la Dra. María Elena Ceballos, infectóloga UC y una de las personas que lidera el estudio.
Al poder obtener una base de datos depurada, la Dra. Ceballos junto al Dr. Gilberto González, endocrinólogo UC y también líder en el estudio, pudieron seguir a 70 personas: mayoritariamente hombres, con una edad promedio de 31 años, y realizarle una completa batería de estudios para revisar su metabolismo y la salud ósea tras la infección por VIH.
“Lo que encontramos es que 1 de cada 4 pacientes, antes de iniciar su tratamiento específico y, aunque no tengan ninguna enfermedad conocida que afecta el hueso, ya sea por hallazgos de la densitometría ósea o de los exámenes en sangre, presenta una salud ósea en riesgo elevado de sufrir osteoporosis o de presentar fractura osteoporótica”, señaló el Dr. Gilberto González.
Además, los doctores midieron la vitamina D y, en promedio, encontraron una deficiencia mayor que en grupos etarios de esa edad sin virus. De hecho, 66% de los pacientes registraron bajos niveles de esta vitamina, una proporción mayor que en los voluntarios sanos (48%). “No está tan claro el por qué, hay hipótesis de que el mismo virus activo (cuando los pacientes están sin terapias) podría aumentar el catabolismo (que es la destrucción de la vitamina D)”, puntualizó la Dra. Ceballos.
¿Ayuda la terapia antirretroviral?
Afortunadamente la terapia antiretroviral es eficaz para controlar y eliminar de la sangre el virus y de esa manera el riesgo de complicaciones infecciosas y tumorales; sin embargo, explican los doctores que hicieron seguimiento a estos 70 pacientes tras un año con la terapia antirretroviral: la efectividad de esta no asegura que se “reparen” daños óseos, incluso, aumentan las probabilidades de presentar riesgos de sufrir osteoporosis.
“El tratamiento disminuye la cantidad del VIH en la sangre, pero mantiene el daño óseo. El mensaje es decir que estos hallazgos están ilustrando que, aunque no se considere porque tradicionalmente no se ha visto un hombre joven con osteoporosis, los pacientes con VIH incluso antes del tratamiento tienen una salud ósea complicada y con riesgo y que no se controla con el tratamiento”, resaltó el Dr. González.