Un estudio que indaga de qué manera la pandemia ha afectado a las personas que habitan un barrio (villa) de vivienda social en Viña de Mar en la Región de Valparaíso, tanto por su impacto en salud como su impacto social, muestra que los cuadros respiratorios cayeron considerablemente respecto al invierno de 2019. Esto podría deberse a que los vecinos y vecinas del sector cumplieron con las medidas de confinamiento.
Fuente: CEDEUS
Fecha: 29 de enero 2021
Sin embargo, también se constataron complicaciones. Destaca que en el 91% de los hogares en los que alguno de los miembros necesita de controles habituales de salud, las personas no asistieron a dichos controles. Esto “puesto que los servicios de salud se volcaron a atender casos de COVID-19, a lo que se suma que las personas no quisieran acudir por temor a un contagio”, señaló la investigadora Alejandra Vives.
Además, tanto hombres como mujeres, en casi todo los rangos etarios, han subido un poco o mucho de peso durante la cuarentena. Respecto a la salud mental, la mayoría de las mujeres habrían visto deteriorado su estado de ánimo .
Estos hallazgos son parte del estudio “Covid19 en el contexto de poblaciones vulnerables. Impacto social y en salud en la cohorte RUCAS” impulsado por la investigadora CEDEUS y profesora del Departamento de Salud Pública UC, Alejandra Vives.
En julio de 2020 Alejandra Vives se adjudicó el Fondo de Investigación Científica COVID-19 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, para realizar un estudio sobre el impacto social y de salud a raíz de la pandemia. Estos resultados representan una de las villas del estudio, donde se encuestó a dueñas/os de casa de 144 hogares, recogiendo información para 380 personas. Dicha encuesta se volverá a aplicar en el verano 2021.
En la mayoría de los hogares se reportan ingresos por debajo de $500.000 mensuales y un tercio de los mayores de 15 años tiene, al menos, una enfermedad crónica. Sumado a esto, existe una notoria pobreza energética en la villa estudiada, con una elevada percepción en invierno e incapacidad de calefaccionar para contrarrestarlo.
Se les aplicó una encuesta en septiembre, a la cual respondieron los y las dueñas de casa, y se volverá a aplicar otra en el verano de 2021.
Impacto social
Uno de los aspectos más afectados en el contexto pandémico ha sido el social. Los resultados del estudio demuestran que con la crisis del COVID19, en el 43% de los hogares al menos una persona perdió su empleo, y que el porcentaje de adultos de la Villa que tenía trabajo pasó del 58% al 37% y sólo 1 de cada 4 desempleados recibió fondos del seguro de cesantía.
A pesar de que la mayoría de los vecinos y vecinas recibieron una caja de mercadería del gobierno, y un poco más de la mitad obtuvo ayuda monetaria, 36% de los hogares consideraron que los beneficios estatales fueron insuficientes y 11% contestó que durante la pandemia alguna persona del hogar tuvo que saltarse una comida por falta de recursos.
En cuanto al tiempo al aire libre, este invierno todas las personas de la Villa pasaron menos tiempo afuera, en comparación con un invierno sin COVID-19. Los más impactados fueron los y las menores de 15 años, ya que un 52% declaró no haber pasado 30 minutos al aire libre ningún día a la semana y bajaron un 39% quienes visitaron la plaza o parque al menos 1 vez a la semana.
El estudio todavía sigue en curso y pronto se realizará una segunda encuesta para poder comparar los resultados de invierno y verano en cuarentena, respecto a las mismas estaciones previo al COVID-19. Vives indica que con los resultados de la investigación se espera visibilizar los efectos del COVID-19 en sectores vulnerables, “de modo de aportar al diseño de políticas públicas destinadas a este segmento de la población”.