Una alimentación saludable, hacer ejercicio, mantener un peso adecuado, no fumar y evitar el consumo excesivo de alcohol, son medidas que pueden ayudar a prevenir una de las enfermedades que más aumenta en nuestro país.
Fecha: 30 de marzo 2020
No es una premisa nueva; llevar un estilo de vida saludable ayudar a vivir mejor y prevenir una serie de enfermedades, como la obesidad. Pero quizás no es tan conocida la idea que también ayuda en la prevención del cáncer.
“De particular interés es la asociación que se ha ido descubriendo entre el sedentarismo y un aumento en la incidencia de cáncer colorrectal. Es importante saber que al incorporar un estilo de vida saludable no sólo disminuimos los factores de riesgo para este cáncer, sino que activamente hacemos algo para prevenirlo”, señala el Dr. Gonzalo Urrejola, cirujano colorrectal de Red de Salud UC CHRISTUS y académico de la Escuela de Medicina UC.
Algunos de sus síntomas más comunes: – cambio en el hábito defecatorio, sangre en las heces, dolor o molestia abdominal y baja de peso sin causa aparente- suelen confundirse con otras patologías digestivas, como colon irritable, lo que muchas veces desalienta a los pacientes a consultar con un especialista. |
El cáncer colorrectal es el de tipo digestivo que más aumenta en Chile, superando al de estómago. En 2018, 5.915 pacientes fueron diagnosticadas con esta enfermedad según cifras de Globocan, base de datos que estima incidencia, mortalidad y prevalencia del cáncer en el mundo para 185 países.
Aun cuando no existe una causa única en su desarrollo, se han detectado ciertos factores de riesgo como tener antecedentes familiares de cáncer colorrectal; historia personal o familiar de pólipos colónicos; presentar alguna enfermedad inflamatoria intestinal o ciertas condiciones hereditarias como la poliposis adenomatosa familiar y el cáncer colorrectal hereditario no poliposo.
El cáncer de colorrectal es una enfermedad tratable y con buen pronóstico ya que un 90% de los pacientes diagnosticados precozmente se puede curar. La cirugía juega un papel fundamental en el tratamiento, sin embargo -dependiendo de la etapa y ubicación de los tumores- se puede adicionar quimioterapia y radioterapia.
“Importante para el éxito de cualquier tratamiento es la experiencia del equipo tratante. En este sentido importante es la labor del cirujano colorrectal, gastroenterólogo, oncólogo, radiólogo y enfermeras, entre otros”, finaliza el especialista.