La investigación publicada en Climateric sigue dos casos insignes atendidos por académicos de Endocrinología UC.
Fecha: 15 de abril 2019
Después de la menopausia, las hormonas sexuales deben de haber disminuido en forma notoria; sin embargo, raramente sucede que algunas mujeres presentan síntomas de hiperandrogenismo como exceso de libido, hirsutismo, virilización o sangrado vaginal, que hace sospechar a los médicos de un posible tumor en las glándulas suprarrenales o en los ovarios.
Esta fue precisamente lo que impulsó al Dr. Eugenio Arteaga, académico de Endocrinología UC, a presentar dos casos que consideró emblemáticos con estos síntomas en la revista Climateric. En ambas mujeres, el flujograma de diagnóstico fue determinante para conocer en dónde estaba localizado realmente el problema.
“No es infrecuente que se comentan errores de diagnóstico, por ejemplo cuando estas personas se estudian con imágenes antes que con el estudio hormonal que recomienda nuestro flujograma”. Es así que, si aparece un nódulo suprarrenal, situación no infrecuente en mujeres normales y que se denomina “incidentaloma” pueden llegar a ser operados creyendo que ahí está la fuente de exceso de andrógenos, sin curar la enfermedad.
“Nosotros sugerimos a los médicos que el estudio sea siempre hormonal y solo complementado en segunda instancia con imágenes para evitar estos errores”, explica el Dr. Arteaga.
En el artículo publicado en el mes de enero de la revista científica sigue el estudio de dos mujeres: una paciente de 65 años, sin terapia hormonal, que presentaba sangrado vaginal anormal, entre otros síntomas; y la segunda paciente, de 50 años, con hipotiroidismo y prediabetes, consultaba por hirsutismo y acné. En ambos, la opción quirúrgica de ooforectomía fue suficiente para eliminar los tumores que estaban secretando la testosterona; pero para el correcto diagnóstico, los académicos debieron realizar un completo estudio bioquímico.
“Son casos esporádicos y casi todos son quirúrgicos. Hay casos malignos, pero la mayoría son benignos y, finalmente, no hay un predictor claro de qué va a pasar a lo largo de la vida que pueda hacer a una mujer ser más susceptible a presentar esta enfermedad”, agregó el especialista.
El Dr. Arteaga instó a los médicos a tomar en cuenta los pasos adecuados para obtener toda la información posible antes de alcanzar una conclusión en estos casos, que si bien son esporádicos, pueden presentarse en las consultas.