Medicina Familiar

LABORATORIO DE FUNCIÓN TIROIDEA EN POBLACIÓN INFANTIL

LABORATORIO DE FUNCIÓN TIROIDEA EN POBLACIÓN INFANTIL

LABORATORIO DE FUNCIÓN TIROIDEA EN POBLACIÓN INFANTIL
Autor: Dra. M° Alejandra González V. Residente Medicina Familiar PUC.  Editor: Dra. Pamela Rojas G. Médico Familiar PUC.
INTRODUCCIÓN
Las hormonas tiroideas tienen un profundo impacto en variadas áreas del desarrollo de los niños1, siendo fundamentales para la mielinización del sistema nervioso central, el crecimiento y desarrollo esquelético, la aparición de la pubertad, y la modulación del metabolismo corporal.
La alteración de la función tiroidea produce repercusiones significativas, sin embargo su clínica es poco específica. Esto implica que la medición de la función tiroidea por técnicas de laboratorio sea clave para el correcto diagnóstico y para un adecuado seguimiento de los pacientes.
En este artículo se revisará el estudio hormonal e inmunológico más habitual en los pacientes con patología tiroidea.
I. ESTUDIO HORMONAL 2, 3, 4
TSH (hormona tiroestimulante): Hormona sintetizada en la hipófisis, cuya función es regular la secreción de hormona tiroidea. Su liberación es regulada principalmente por pequeñas  variaciones de tiroxina, motivo por el cual su medición es útil ante la sospecha de una alteración de la función tiroidea (hiper o hipotiroidismo) y para monitorizar la terapia con levotiroxina en el hipotiroidismo. En este último caso es importante considerar que su medición es fidedigna tras  4 a 6 semanas luego del ajuste de la terapia, tiempo necesario para estabilizar su secreción. 
Para el caso del hipertiroidismo la medición de TSH es útil para realizar diagnóstico, pero no para el ajuste de terapia, ya que es suprimida rápidamente ante pequeñas alzas de tiroxina.
T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina) total: Hormonas sintetizadas en la glándula tiroidea, cuya función consiste en regular el metabolismo corporal. La determinación de estas hormonas considera tanto la fracción libre de T4 y T3 como la unida a proteínas. Virtualmente todo el T4 y T3 circulantes están unidos a proteínas (TBG: globulina ligadora de tiroxina, TBPA: prealbúmina ligadora de tiroxina y albúmina), por lo que su alteración refleja fundamentalmente la concentración de proteínas circulantes, convirtiéndolo en un examen poco útil para medir la función tiroidea.
T4 libre: Porción de tiroxina no unida a proteínas. Refleja en forma fidedigna la función tiroidea, pero se altera de manera más tardía que la TSH.
Su medición es fundamental cuando la causa de disfunción tiroidea es de origen hipofisiario.
T3 libre: Se sintetiza directamente en la glándula tiroidea o por conversión desde T4 en los tejidos periféricos.
Se altera tardíamente en hipotiroidismo, por lo que su determinación no es útil para el diagnóstico y monitorización de la terapia de esta alteración.
Su elevación aislada (sin aumento de T4 libre),  junto con una disminución de la TSH puede observarse en estadios tempranos de hipertiroidismo primario, es decir producto de disfunción de la glándula tiroidea. A la vez su elevación en conjunto con la supresión de TSH y T4 libre nos permite constatar la presencia de hipertiroidismo facticio, entidad causada por consumo exógeno de levotiroxina.   
II. ANTICUERPOS ANTITIROIDEOS 3-4
Son anticuerpos que reaccionan en contra de algún componente del tejido tiroideo. Son útiles para determinar la etiología de la alteración tiroidea, y por lo tanto de su pronóstico, permitiéndonos determinar la cronicidad de la afección.
Antireceptor de TSH (Trab): Como su nombre lo indica reaccionan contra el receptor de TSH, estimulándolo. Está presente principalmente enfermedad de Graves, aunque puede ser positivo en algunos casos tiroiditis de Hashimoto.
Antiperoxidasa (TPO) o antimicrosomales: La peroxidasa es una enzima que participa en la formación de las hormonas tiroideas. Físicamente se encuentra dentro de un microsoma, pequeño corpúsculo celular, de ahí que su nombre. Presenta alta sensibilidad en diagnóstico de patología autoinmune, siendo positivo en el  95% de los pacientes con tiroiditis de Hashimoto y en el 85% de los pacientes con  enfermedad  de Graves.
Antitiroglobulina: La tiroglobulina es una proteína yodada precursora de las hormonas tiroideas. Está positivo en patologías tiroideas autoinmunes,  pero su mayor utilidad es como marcador tumoral, tras ablación tiroidea quirúrgica o radioinmune, al revelar la presencia de tejido tiroideo remanente.
 
RESUMEN
La alteración de la función tiroidea produce sintomatología poco específica por lo que es fundamental el uso de mediciones de laboratorio para su diagnóstico. Para este fin es útil la determinación de TSH, ya que su concentración es muy sensible a pequeñas variaciones de tiroxina y de T4 libre, la que no se altera ante variaciones de sus proteínas transportadoras.   
La concentración de T3 libre sólo sería útil en etapas muy tempranas de hipertiroidismo (elevación aislada, sin aumento de T4 libre y disminución de TSH) y ante la sospecha de hipertiroidismo facticio (T3 libre elevada junto con TSH y T4 libre suprimidas).
La determinación de anticuerpos antitiroideos es útil para el diagnóstico de patología tiroidea autoinmune, lo que nos orienta sobre la cronicidad de la patología tiroidea. Anticuerpos TRABS están presentes principalmente en enfermedad de Graves; mientras que los anticuerpos antimicrosomales en tiroiditis de Hashimoto y enfermedad de Graves. Los anticuerpos antitiroglobulina son útiles como marcador de remanente tumoral tras ablación tiroidea.
REFERENCIAS1.- Gregory A Brent. Thyroid hormone action.  UpToDate 2012
2.-
Douglas S Ross. Thyroid hormone synthesis and physiology. UpTodate 2012
3.-
Douglas S Ross. Laboratory assessment of thyroid function. UpTodate 2012
4.-
Fernández I Rogeldo. El laboratorio clínico y la función hormonal. Editorial LABCAM 2011