Artículos, Cirugía Vascular y Endovascular

Interrupción de la Vena Cava Inferior

Dr. Renato Mertens Martín: Departamento de Enfermedades Cardiovasculares, Hospital Clínico Pontificia Universidad Católica

PUBLICADO EN: Revista Chilena de Cirugía 1997;49:428-430.

Introducción e Historia

La trombosis venosa profunda de extremidades inferiores es un evento frecuente en el paciente quirúrgico. Su mayor complicación es la embolía pulmonar, la que es causa importante de mortalidad en el postoperatorio. La estratificación de riesgo de mortalidad por embolía pulmonar es conocida y su detalle escapa al alcance de este artículo. A grandes rasgos los factores de riesgo son: Edad mayor de 40 años, patología maligna, obesidad, magnitud y tipo de cirugía y el antecedente de un episodio tromboembólico previo.

A pesar que estos eventos pueden ser prevenidos eficazmente utilizando profilaxis farmacológica, mediante el uso de heparina no fraccionada o de bajo peso molecular o profilaxis mecánica con medias de compresión graduada o compresión neumática intermitente, un porcentaje variable presentará la complicación. Por otro lado la profilaxis no es siempre utilizada, ya sea por olvido, temor a complicaciones hemorrágicas o a la sensación que la enfermedad tromboembólica tiene una incidencia diferente en nuestro medio, comparada con la que se reporta en el exterior.

La base del tratamiento de la trombosis venosa profunda y de la embolía pulmonar sigue siendo la anticoagulación. Sin embargo ésta puede estar contraindicada o presentar complicaciones hemorrágicas durante su aplicación.

La interrupción de la vena cava inferior aparece en el año 1944 con la ligadura simple de la vena cava (Homans), como una opción mecánica de prevención de la embolía pulmonar. Posteriormente aparecen diferentes plicaturas de la vena cava inferior, mediante suturas o «staples» (DeWesse 1958 y otros) y luego la aplicación quirúrgica de clips especialmente diseñados (Moretz 1959 y otros) cuya intención era detener el paso de trombos grandes hacia el pulmón y a su vez evitar la oclusión definitiva de la vena cava inferior y sus secuelas en el largo plazo.

En el año 1967 Mobin-Uddin introdujo el concepto del filtro con forma de paraguas y capaz de ser insertado desde una localización remota (yugular interna derecha) bajo anestesia local. La alta tasa de oclusión a largo plazo de la vena cava y de desplazamiento proximal lo han llevado al desuso. En 1970 Hunter introdujo un sistema basado en la oclusión por balón, el que evitaba eficientemente la embolía pulmonar. Sin embargo, obviamente ocluía la vena cava inferior en todos los casos. En1973 el Dr. Lazar Greenfield introdujo otro filtro también con forma de paraguas (figura Nº1), pero más cónico. Este tiene menos complicaciones en el seguimiento alejado, especialmente en lo que se refiere a permeabilidad de la vena cava inferior. En la actualidad se ha convertido en el modelo más popular. Posteriormente han aparecido otros diseños, todos inspirados en la idea original de un paraguas.

En los últimos años, estos implementos han logrado una gran sofisticación, pudiendo en la actualidad ser instalados en forma percutánea por el cirujano vascular.

Indicaciones de Interrupción de la Vena Cava Inferior

  1. Contraindicación del tratamiento anticoagulante.
    Es posiblemente una de las indicaciones más frecuentes. Se aplica cuando un paciente con trombosis venosa profunda, con o sin embolía pulmonar, no puede ser anticoagulado por alguna razón como cirugía reciente, sangramiento digestivo o de otro origen u otra situación que implique alto riesgo de hemorragia.
  2. Fracaso del tratamiento anticoagulante. 
    Se trata de la aparición de un primer episodio de embolía pulmonar o de re-embolización durante tratamiento anticoagulante a niveles útiles. 
    Esto último es de tremenda importancia, ya que no es infrecuente como motivo de interconsulta el encontrar pacientes en los cuales la anticoagulación ha sido leve o inexistente. Estos pacientes requieren de reiniciar su anticoagulante y mantener dosis apropiadas bajo vigilancia estricta en forma previa a considerar interrumpir su vena cava.
  3. Embolía pulmonar masiva.
    Incluye a un grupo de pacientes en los cuales gran parte de su lecho pulmonar se encuentra excluido de la circulación, por una embolía reciente importante en magnitud. La indicación nace de la alta probabilidad de deterioro hemodinámico importante y eventualmente fallecer durante una nueva embolía.
  4. Profiláctico.
    Incluye principalmente a pacientes en los cuales existen hallazgos de tipo anatómico, que lo colocan en un alto riesgo de sufrir una embolía pulmonar masiva. Ejemplo de esta situación es la presencia de un trombo flotante en la vena iliaca o vena cava inferior (figura Nº2). Recientemente se ha mencionado a los pacientes parapléjicos o politraumatizados con fractura de pelvis o huesos largos de extremidades inferiores como de alto riesgo de embolía e indicación de interrupción de la vena cava.

Una condición infrecuente es la embolía arterial paradojal, ésta consiste en el paso de un trombo de origen venoso a través de un foramen oval permeable, hacia las cavidades izquierdas del corazón y luego hacia el territorio arterial. Dado el riesgo de eventos irreversibles (ej. AVE) hemos indicado la inserción de un filtro en estas situaciones.

Dispositivos, Técnica y Complicaciones

En la actualidad los dispositivos de elección son los filtros de vena cava inferior, todos con forma que recuerda un «paraguas». En el mercado chileno se encuentran disponibles: los filtros de Greenfield (Medi-Tech®), Gunther-Tulip (Cook®) y Venatech (Braun®). Dado su bajo perfil, todos pueden ser instalados por vía percutánea yugular o femoral.

También se encuentra disponible el filtro Bird’s nest (nido de pájaro), que como su nombre implica, es un nido de alambre de acero inoxidable que se «enreda» dentro de la vena cava inferior. Su indicación fundamental es en venas cavas de gran diámetro, que impiden a un filtro convencional sostenerse en la pared del vaso.

El procedimiento se realiza con técnica aséptica, utilizando anestesia local y monitorización del ECG, presión arterial y SatO2. Tradicionalmente lo hemos realizado en pabellón quirúrgico, para así contar con todas las facilidades de reanimación y monitorización, ofreciendo al paciente un máximo de seguridad.

Se utiliza técnica de Seldinger para obtener acceso vascular. Habitualmente hemos favorecido la utilización de la vena yugular interna, fundamentalmente para evitar el riesgo teórico de embolización al desprender trombos durante el acceso femoral. Rutinariamente se realiza una cavografía para evaluar el diámetro de este vaso, la llegada de las venas renales y la presencia de trombos. Posteriormente se avanza el sistema de introducción, localizando el filtro bajo las venas renales. Ocasionalmente se instala sobre estas por encontrarse trombo hasta ese nivel. La colocación suprarenal no se asocia a trastornos de la función renal.

Es importante que el procedimiento sea realizado por una persona entrenada, que pueda resolver las posibles complicaciones y que maneje todas las alternativas de inserción, incluyendo la denudación de ser necesaria.

Las complicaciones derivadas del procedimiento son infrecuentes. Fundamentalmente sangramiento a nivel del sitio de punción, ruptura de la vena cava (muy infrecuente actualmente), desplazamiento proximal del filtro (0-4%), oclusión de la vena cava inferior en el largo plazo (0-8%) y embolía pulmonar recurrente (1-2%). La proporción de estas complicaciones varía según la experiencia del cirujano y el modelo de filtro utilizado.

Experiencia Sección Cirugía Vascular, HOSPITAL UC

Entre 1983 y 1997 indicamos filtros a 98 pacientes, 51% de sexo masculino y edad promedio 54 años (rango:15-93). Las indicaciones fueron:

  1. Embolía pulmonar con contraindicación o fracaso de anticoagulación o mala reserva pulmonar: 58 pacientes (59.2%).
  2. Trombosis venosa profunda con contraindicación de anticoagulación: 24 pacientes (24.5%).
  3. Profiláctico por trombo flotante en vena cava inferior: 14 pacientes (14.3%).
  4. Embolía arterial paradojal: 2 pacientes (2%).

En 96 pacientes (98%) el procedimiento fue técnicamente posible. Hasta 1993 utilizamos filtros de Mobin-Uddin (experiencia inicial) o de Greenfield, que requerían denudación para su inserción (44 casos, 45.8%). Posteriormente hemos utilizado la versión percutánea de Greenfield o Günther-Tulip (52 casos, 54.2%). La vía de acceso más frecuente fue la yugular interna (94.8%). En 7 pacientes (7.3%) el filtro fue instalado sobre las venas renales.

No hubo morbimortalidad derivada del procedimiento, uno de los pacientes en que fracasa la instalación, fallece por embolía pulmonar.

Conclusiones

  1. La interrupción de la vena cava inferior está indicada en el paciente con contraindicación o fracaso del tratamiento médico de una trombosis venosa profunda de extremidades inferiores o embolía pulmonar. También se encuentra indicada en forma profiláctica en pacientes de alto riesgo de presentar una embolía pulmonar.
  2. La instalación de un filtro de vena cava inferior en forma percutánea, es el tratamiento de elección en la actualidad. Este es un procedimiento de alta efectividad y bajo riesgo.
  3. La ligadura simple de la vena cava inferior infrarenal y otros procedimientos de plicatura o aplicación de clips, aunque en retirada en la actualidad, son una opción en condiciones extremas para el cirujano general o especialiasta al no contar con un dispositivo adecuado o con las facilidades para su instalación.

Lecturas Sugeridas

  1. Robert B. Rutherford. Vascular Surgery. W. B. Saunders Company, Philadelphia, PA, USA. 1995.John J. Bergan, James S.T. Yao. Venous Disorders. W. B. Saunders Company, Philadelphia, PA, USA. 1991.