Medicina Familiar

ICTERICIA NEONATAL: ¿Cuándo alarmarse?

ICTERICIA NEONATAL: ¿Cuándo alarmarse?

ICTERICIA NEONATAL: ¿Cuándo alarmarse?
Autor: Dra. Violeta Espinoza A. Residente Medicina Familiar PUC.Editor: Dra. Pamela Rojas G. Médico Familiar PUC.
INTRODUCCIÓN:
Se conoce como ictericia a la coloración amarillenta de piel y mucosas que se produce cuando la concentración sérica de bilirrubina es mayor a 5 mg/dl (1).
Aproximadamente un 60% de los niños nacidos de término (RNT) y el 80% de los de pretérmino (RNpT) desarrollan algún grado de ictericia en la primera semana de vida. De ellas el 6% son patológicas (1,2).
La ictericia puede presentarse a cualquier edad del neonato y en base a ello surgen los siguientes conceptos (2,3):
Ictericia precoz: cuando se presenta en las primeras 24  horas de vida. Siempre se considera patológica y generalmente es secundaria a cuadros infecciosos o de hemólisis.
Ictericia intermedia: se inicia entre los 2 días y las 3 semanas de vida. La mayoría es fisiológica o por hipoalimentación del neonato.
Ictericia prolongada: cuadro de ictericia que se prolonga más allá de las 3 semanas de vida en el caso del RNpT, y más de 14 días en el RNT. Algunos autores la llaman ictericia persistente.
Es importante destacar que alrededor del 20 – 30% de los niños alimentados al pecho presentan ictericia al 10º día de vida, mientras que un 10% permanecen ictéricos a los 30 días (2,4).
 
¿POR QUÉ SE PRODUCE LA ICTERICIA NEONATAL?
La tabla 1 muestra un esquema de las múltiples causas que pueden producir ictericia en el recién nacido (5,6)

ICTERICIA FISIOLÓGICA
El recién nacido presenta, de manera fisiológica, una producción excesiva de bilirrubina. Los factores que influyen en el desarrollo de este evento son variados, e incluyen (5,6):
Aumento de producción de bilirrubina: secundario a la policitemia relativa del recién nacido, a la menor sobrevida del glóbulo rojo, y al recambio aumentado de éstos.Disminución en la captación/ conjugación de bilirrubina: condicionado por un sistema enzimático hepático insuficiente para una adecuada captación y conjugación de la bilirrubina; específicamente por inmadurez de la glucoronil transferasa.
Aumento en la circulación entero-hepática: secundario a una flora y la motilidad intestinal disminuidas, lo que lleva a un aumento de la reabsorción de bilirrubina desde el meconio.

¿CÓMO DIFERENCIAMOS UNA ICTERICIA FISIOLÓGICA DE UNA PATOLÓGICA?
La tabla 2 muestra una orientación general para diferenciar una ictericia fisiológica de una patológica (1,5):
Tabla 2: Diferencias entre ictericia fisiológica y patológica:
Características
Fisiológica
Patológica
Inicio
Desde el 2° día de vida
Primeras 24 horas de vida
Duración
Desde el 2° al 7° día de vida
(peak al 3°-4° día)
RNT: Duración > 1 semana
RNpT: Duración > 2 semanas
Progresión
Bb ↑ < 5 mg/dl diarios Bb ↑ > 5 mg/dl diarios
Bilirrubina total (Bb)
17 mg/dl en el RNT
Fracción de Bb
Bb directa 2mg/dl o >20% de la Bb total 
Otros síntomas
Ausentes
Presentes
           
RESUMEN:
La ictericia es muy común en los neonatos, sobre todo en los niños nacidos de pretérmino. La mayor parte de ellas son de tipo fisiológico.
Como pauta general es útil recordar que toda ictericia que se inicia las primeras 24 horas de vida o que se prolonga después del mes, debe considerarse patológica y estudiarse.
 
REFERENCIAS1.- Rodríguez J., Figueras J. Ictericia neonatal. Protocolos Diagnóstico Terapéuticos de la Asociación Española de Pediatría: Neonatología. 2008.
2.-
National Institute for Health and Clinical Excellence. NICE clinical guideline 98 – Neonatal jaundice.  Issue date: May 2010.
3.-
Valenzuela P, Moore R. Pediatría ambulatoria: Un enfoque integral. Recién nacido y primer mes. Ediciones Universidad Católica de Chile. 1ra edición. Abril 2011.
4.-Maisels Jeffrey. Neonatal Jaundice. Pediatrics in Review. 2006;27;443-454
5.-
Porter M. et al. Hyperbilirubinemia in the term newborn. American Family Physician. February 15, 2002 / Volume 65, Number 4
6.-Mazzi Eduardo. Hiperbilirrubinemia neonatal: Actualización. Revista Sociedad Boliviana de Pediatría 2005; 44 (1): 26 – 35 .