Apuntes, Insuficiencia Cardíaca

Evolución de la Insuficiencia Cardíaca

La evolución de los pacientes con Insuficiencia Cardíaca puede ser muy variada, dependiendo del tipo, severidad y velocidad de instalación de las alteraciones que la produjeron, de la características de los mecanismos de compensación, de la calidad y adherencia al tratamiento, de la eventual corrección del daño cardíaco estructural y de la intercurrencia de factores agravantes.

En forma global, la mortalidad de los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva sintomática es de aproximadamente un 20% a un año y de un 50% a cuatro años, siendo las causas de muerte más frecuentes la descompensación de la insuficiencia cardíaca y la muerte súbita.

En relación a la severidad y velocidad de instalación del daño cardíaco que produjo la insuficiencia cardíaca, ya comentamos la peor evolución de los pacientes con daño valvular agudo versus daño valvular crónico o el mal pronóstico de quienes sufren de un deterioro importante de la contractilidad en comparación con quienes tienen una contractilidad conservada.

En cuanto a los mecanismos de compensación, analizamos lo adecuado de la hipertrofia miocárdica moderada que se observa en quienes tienen una sobrecarga de volumen o presión, de instalación lenta y de magnitud moderada, pero como al acentuarse se acompaña de un deterioro progresivo de la función miocárdica. Asimismo, vimos como mecanismos de tipo neurohormonal pueden acentuar los síntomas y signos de una insuficiencia cardíaca.

Respecto a la calidad y adherencia al tratamiento y a la aparición de fenómenos intercurrentes, es fundamental tenerlos presentes en todo paciente que presenta una descompensación de su insuficiencia cardíaca, porque son factores sobre los cuales se puede actuar en forma más activa.

En cuanto a la factibilidad de corregir el daño cardíaco estructural, los ejemplos extremos son las valvulopatías, la mayoría de las cuales puede ser adecuadamente corregidas en forma quirúrgica, y las enfermedades con daño miocárdico irreversible, como las miocardiopatías dilatadas o restrictivas.

La primera causa de descompensación, en un paciente previamente compensado, es un tratamiento inadecuado: la ingesta de sal, el exceso de actividad física y el abandono del tratamiento medicamentoso son los factores más frecuentes. También debe tenerse presente la intoxicación por drogas, los desequilibrios hidroelectrolíticos y el uso inapropiado de medicamentos.

En relación con otros factores agravantes, los más frecuentes son:

– Arritmias sostenidas, en particular la fibrilación auricular;
– Infecciones respiratorias;
– Deterioro de la contractilidad miocárdica por intercurrencia de fenómenos isquémicos (coronarios) o inflamatorios (fiebre reumática);
– Estados hiperdinámicos, con aumento de las demandas periféricas sobre el trabajo cardíaco, como estados febriles, anemia, embarazo, hipertiroidismo, etc.
– Hipertensión arterial;
– Tromboembolismo pulmonar.