Seminario Internacional “Avances en Pediatría Neonatal”
Fecha: 5 de mayo 2015
Con una muy buena convocatoria de público asistente se realizó el XVI Seminario Internacional “Avances de Pediatría Neonatal”, los días 8, 9 y 10 de abril en el Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, organizado por la División de Pediatría de la Facultad de Medicina.
En la ocasión, el médico español Max Vento, de la University & Polytechnic Hospital La Fe, de Valencia, expuso entre otros temas, el “manejo del estrés oxidativo: conceptos básicos en Neonatología”, donde abrió el debate sobre en qué casos utilizar apoyo de oxígeno y las posibles secuelas futuras en los recién nacidos. El expositor manifestó que esta fue una ocasión extraordinaria para reunir a especialistas de distintas procedencias. “Yo creo que Chile tiene un nivel de neonatología muy elevado, comparado a cualquier país europeo o americano, tiene cifras de mortalidad neonatal realmente envidiable, y entonces el convocar gente de distintos países para hablar estos temas y debatir, no solo nos ofrece más información sino que también, y lo más importante, sensibiliza a la audiencia, hacia los problemas que existen y qué caminos estamos tomando, intentar solucionarlos y cómo adaptar los últimos avances para que la práctica diaria tenga más calidad”, explica el experto.
Ante la pregunta sobre la complejidad de la atención en recién nacidos el expositor asevera que realmente el recién nacido y sobretodo el recién nacido prematuro carece de un control normal. “No hay un prematuro normal y un prematuro enfermo, todos los parámetros que nosotros tenemos que medir para evaluar el estado físico de un bebé prematuro, la concentración de oxígeno, la glicemia, el sodio, el potasio, nos imaginamos que son normales, pero como no tenemos un referente como lo tenemos en adultos, de normalidad, muchas veces nos movemos en la incertidumbre. En segundo lugar los órganos, sobre todo aquellos de desarrollo más rápido como son el cerebro, que desarrolla aproximadamente un trillón de conexiones diarias, cualquier cosa que afecte a ese desarrollo, una infección, una toxicidad por el oxígeno, la administración de ciertos fármacos, puede producir una detención de esas circunstancias, de ese desarrollo, que nosotros no vemos inmediatamente, pero nuestros compañeros que hacen seguimiento neonatal, ven que en la edad a los dos o tres años, o incluso en edad escolar o en la adolescencia, da lugar a trastornos de memoria, o de conducta u otros que no sospechamos que se podrían producir. Por lo tanto, podemos decir que nos movemos en un ámbito muy agudo, un niño muy débil que nace con pulmón inmaduro, o con corazón inmaduro, que puede ser dañado sin que nosotros lo detectemos, y que puede dar lugar a consecuencias futuras”, expone el académico.
Y si bien observa que al parecer los especialistas creen que no existen mayores avances en el manejo de estos pacientes, él cree haber llegado a una “meseta”. “Pareciera que estuviésemos en una etapa de meseta, en que los métodos que estamos utilizando hasta ahora para tratar a los pacientes van a ver superados pronto por la biología molecular y tenemos una nueva generación de fármacos, mucho más eficaces, que son capaces de frenar los daños que le estaba comentando. En ese sentido yo creo que en este momento lo que nos interesa a los neonatólogos no es aumentar el número de supervivientes, sino la calidad de los que sobreviven. Estamos por la calidad y no bajar más las edades de gestación, sino que los que sobreviven lo hagan en las mejores condiciones posibles”, concluyó el especialista.