Este tipo de enfermedades afecta a cerca de 8 millones de bebés o 6% de los niños y niñas que nacen en todo el mundo, causan 1 de cada 5 muertes en esta población, y es una de las principales causas de discapacidad que conlleva muchos desafíos en la vida.
Fecha: 3 de marzo 2022
Las anomalías congénitas son anomalías estructurales o funcionales, que ocurren durante la vida uterina, que pueden diagnosticarse antes de nacer, cuando el bebé nace o en un momento posterior de la vida. Estas anomalías pueden afectar la apariencia, el funcionamiento del cuerpo o ambas cosas. Así mismo, pueden ocasionar problemas de salud general y en el desarrollo o funcionamiento del cuerpo, variando de leves a graves.
“Si bien pueden ocurrir en cualquier momento del embarazo, la mayoría aparece en los primeros 3 meses o primer trimestre cuando se están formando los órganos del bebé. También pueden presentarse más tarde en el embarazo cuando los órganos del bebé todavía están creciendo y se están desarrollando”, explican los Dres. Cecilia Mellado y Guillermo Lay-Son
Muchas de estas anomalías pueden prevenirse. Una de las claves es la planificación del embarazo, manteniendo bajo control y supervisión las enfermedades maternas y evitando el consumo y exposición a compuestos tóxicos para el bebé en gestación (alcohol, ciertos medicamentos y drogas en general).
Asimismo la protección ante potenciales infecciones durante el embarazo. Para esto los especialistas recomiendan a las embarazadas tener sus vacunas al día (en especial contra rubeola), prevenir picaduras de mosquitos en áreas tropicales, evitar alimentos crudos o poco cocinados, estar en contacto con otros potenciales transmisores de enfermedades infectocontagiosas y consultar a su médico o profesional de la salud de cabecera.
Otras recomendaciones que hace la especialista UC es tomar 0,4 mg diarios de ácido fólico al menos 3 meses antes y después de quedar embarazada, ya que puede prevenir anomalías congénitas del sistema nervioso central. “Es importante tener una dieta rica en folatos, es decir frutas, verduras, frutos secos, cereales y harinas fortificadas con ácido fólico”.
En muchos casos la causa de estas anomalías se desconoce exactamente pero junto con los factores de riesgo ya mencionados, pueden agregarse otros como la exposición a compuestos dañinos en el entorno (trabajo y lugar donde vive), la edad materna sobre los 35 años, así como cambios en los genes o cromosomas;
La vigilancia e investigación de las anomalías congénitas puede ayudar a mejorar los resultados del embarazo y del bebé, ya que permite que las regiones y los países dispongan de estimaciones certeras y actualizadas sobre las anomalías congénitas. Chile desde el año 2016 cuenta con un registro nacional de anomalías congénitas-RENACH.
“Es muy importante este último factor, ya que, si hubiera más investigación y vigilancia sobre la aparición de las anomalías congénitas, las probabilidades de poder identificar sus causas aumentarían, y en consecuencia también aumentaría la oportunidad de poder prevenirlas y tratarlas”, finaliza la Dra. Cecilia Mellado.
Fisuras orofaciales. Por lo general se puede corregir con cirugía. A medida que crecen, los bebés pueden necesitar nuevas cirugías, atención dental especial y terapia del habla para ayudar a las niñas y niños a hablar más claramente o comunicarse de otras maneras. Es importante señalar que el manejo y tratamiento de las fisuras de labio y/o paladar en recién nacidos están incluidas en el programa de Garantías Explícitas en Salud (GES)