Verificar la etiqueta, asistir a comercios establecidos y saber diferenciar a quiénes van dirigidos los útiles escolares son aspectos a considerar por los padres.
Fecha: 23 de febrero 2018
El riesgo de los útiles escolares no se encuentra exclusivamente en el tipo de producto, sino además en su composición, explica el Dr. Juan Carlos Ríos, director del Centro de Información Toxicológica (CITUC). De esta forma, no debería existir riesgo al comprar un pegamento, o una plastilina o pinturas para los niños si estos están elaborador con productos no tóxicos.
El primer paso para los padres, explica el Dr. Ríos, es diferenciar los productos según las edades: “Deben conocer los útiles que pueden estar al alcance de los niños más grandes y productos que no pueden estar al alcance de los más pequeños, especialmente cuando se tiene más de un hijo y se compra para todos”.
Es necesario leer detenidamente en la etiqueta, que debería estar en español, las recomendaciones en caso de accidentes e idealmente tener la certificación de “No Tóxico”. “Así sabemos que los componentes usados no van a presentar riesgo si es ingerido el producto. Además, podemos identificar si ese producto tiene un riesgo per se, como tapas que se abren fácilmente por los niños”, agrega el Dr. Ríos.
Es necesario estar atento a los productos que puedan contener compuestos como el metanol, tolueno u otros solventes, que pueden estar presentes en pinturas o pegamentos. Otro aspecto importante a considerar son los colorantes, que pueden estar hechos en base a metales pesados como es el plomo y que pueden estar presentes en acuarelas o temperas, por esta razón es tan importante la procedencia y las certificaciones.
El Dr. Ríos recuerda que es importante saber que estos materiales se encuentran en el mercado porque su uso no está prohibido, pero está limitado para profesionales o adultos, pues es necesario tomar consideraciones especiales como en el caso de los solventes.
El especialista recuerda que siempre es mejor estar seguro de los productos que se compran acudiendo también a comercios establecidos y considerando los posibles riesgos que puedan presentar por su forma (ejemplo: los compases), para que las compras de marzo sean sin dolor de cabezas para todos en la casa.