Estimados amigos,
El año 2009 sufrimos la pandemia por influenza porcina, que llevó a miles de jóvenes en Chile y el mundo a desarrollar una insuficiencia respiratoria secundaria a neumonía, falleciendo muchos de ellos. Los servicios de Urgencia y Cuidados Intensivos no daban abasto y la disponibilidad de ventiladores estaba al límite. Sin embargo, más crítico aún, fue la falta de profesionales capacitados y de protocolos de atención para ofrecer la mejor atención a estos enfermos. Pese a la evidencia que ya teníamos sobre limitar el volumen corriente [1] y la titulación de PEEP [2-4], muchos pacientes eran ventilados con volúmenes corrientes supra fisiológicos y bajos niveles de PEEP. De la posición prono ni hablar y la alta frecuencia oscilatoria (HFOV) aparecía como la herramienta mágica que revertía la hipoxemia, pese a no tener demostración clínica que mejorara los desenlaces. De hecho, en ese entonces, nuestro grupo estaba participando en el estudio Oscillate, que sellaría el triste destino de la HFOV [5].
Como grupo universitario, fuertemente involucrados en investigación y docencia, sentimos un deber ofrecer un curso integral a nuestro país, que nos permitiera enfrentar de mejor manera una emergencia sanitaria como la vivida ese año. Así, en abril de 2010, iniciamos el Diplomado en Terapia Ventilatoria, con el objetivo de generar competencias básicas y avanzadas en el manejo del paciente que requiere ventilación mecánica (Figura). Hoy, después de 15 años, la prestigiosa revista ATS scholar presenta nuestra experiencia y reflexiones en este largo y fructífero camino [6].
Figura: Docentes y alumnos de la primera versión del Diplomado de Terapia Ventilatoria UC, el año 2010.
Primeras versiones del Diplomado
Para la primera versión del Diplomado se organizó un total de siete reuniones presenciales, de viernes a sábado. Las estrategias educativas incluyeron clases en vivo, análisis de casos y discusión en pequeños grupos, talleres con actividades prácticas y revisiones bibliográficas. Todas las conferencias y materiales de referencia fueron grabados y distribuidos en una memoria USB, que se actualizaba periódicamente al finalizar cada sesión.
Una de las primeras limitaciones identificadas fue la relativa dificultad de participación de estudiantes de regiones distantes a Santiago. Así, en los años siguientes, desde el inicio del programa se habilitó recursos en línea, incluyendo una plataforma web, clases pregrabadas y material bibliográfico, junto con exámenes escritos, mientras las sesiones presenciales se limitaron a 4, pero de jueves a sábado. En los años siguientes, y con la implementación de un sistema de gestión de aprendizaje profesional online, todo el material bibliográfico y la mayoría de las clases estuvieron disponibles en línea, y se mantuvieron dos sesiones presenciales de 20 horas (que se transmitieron en vivo) -de jueves a sábado- para clases magistrales, discusión de casos y actividades prácticas.
La pandemia por virus SARS-CoV-2
La aparición de la pandemia por virus SARS CoV-2, y el confinamiento posterior provocó la desaparición de las reuniones presenciales, y la consolidación del uso de plataformas de videoconferencia en línea. De esta manera, se generó un programa 100% en línea, incorporando nuevas herramientas educativas como discusión de casos clínicos, escenarios de simulación virtual, y sesiones de “preguntas al experto”. Para mantener la interacción entre profesores y estudiantes, desarrollamos un programa de tutoría con médicos intensivistas que acompañaron a grupos de 10 a 15 estudiantes durante todo el desarrollo del programa, teniendo reuniones regulares en línea para discutir casos clínicos, siguiendo una lista de conceptos centrales que facilitaron los objetivos de aprendizaje.
A lo largo de estos 15 años, nuestro Diplomado ha evolucionado continuamente, integrando las últimas evidencias y avances científicos para ofrecer una formación actualizada y de vanguardia. Así, el uso de la cánula nasal de alto flujo para el manejo no invasivo de la insuficiencia respiratoria se incorporó junto con el estudio de Frat [7] y se reafirmó durante la experiencia de la pandemia Covid -19. También, estudios sobre bloqueo neuromuscular [8] y posición prono [9] en pacientes con SDRA moderado a severo, publicados en 2010 y 2013, generaron un tremendo impacto en nuestras guías para el manejo de la hipoxemia refractaria. En contraste, la ventilación oscilatoria de alta frecuencia, muy usada durante la pandemia H1N1 en 2009, fue eliminada del currículo básico [5]. Cabe destacar que nuestro grupo ha tenido una contribución activa y significativa a la generación de conocimiento sobre el SDRA y la ventilación mecánica, lo que ha enriquecido la profundidad de la discusión de estos temas a lo largo del Diplomado [10-16]. Además, como valor agregado para nuestros alumnos, compartir con los investigadores les ha dado la oportunidad de tener un acercamiento a los desafíos y oportunidades de realizar investigación en un país de ingresos bajos y medios.
En este camino, nuestro Diplomado en Terapia Ventilatoria ha formado más de 1000 profesionales y ha contribuido de manera efectiva a aumentar la fuerza laboral de salud capacitada para la atención de pacientes críticos con insuficiencia respiratoria en todo Chile. Múltiples innovaciones educativas han permitido adaptar el programa a los desafíos geográficos del país y a los impuestos por la pandemia de COVID-19. Las mejoras futuras deben apuntar a la evaluación del impacto de los programas en la práctica clínica, la regionalización de la oferta educativa en América Latina y la provisión de cursos avanzados relacionados con la ventilación mecánica.
¡Los esperamos en la XVI versión de nuestro Diploma en Terapia Ventilatoria!
Un saludo cordial,
Depto Med Intensiva UC
Santiago, 13 de Enero de 2025
Referencias