Medicina Familiar
USO DE SAL EN LACTANTES Y PREESCOLARES
USO DE SAL EN LACTANTES Y PREESCOLARES
Autor: Dra. Magdalena Galarce P. Residente Medicina Familiar UC.Editor: Dra. Pamela Rojas G. Docente Departamento de Medicina Familiar UC
INTRODUCCIÒN
Los recién nacidos no responden positivamente al gusto por la sal, sin embargo la exposición dietética a ésta modifica rápidamente las preferencia de un niño. Esto sugiere que tal placer sensorial es aprendido, y que la forma en la cual este hecho se maneje sea esencial para desencadenar y sostener consumos elevados de sal (1).
Las recomendaciones de consumo en edad infantil surgen del objetivo de evitar el desarrollo de una preferencia por las dietas saladas. Esto, por su efecto potencialmente dañino en relación al control de la presión arterial en la edad adulta (2); y por el aumento del consumo de bebidas gaseosas azucaradas que se ha observado en estos pacientes (3).
La Rama de Nutrición de la Sociedad Chilena de Pediatría sugiere restringir el aporte adicional de sal a los menores de 2 años, ya que en este período el niño está formando sus hábitos y preferencias (4). El Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) coincide con esta recomendación, y hace énfasis en sugerir que en lactantes y preescolares se evite el aporte extra de sal, en especial el aportado en la mesa (5).
La tabla 1 resume las recomendaciones actuales del MINSAL sobre consumo diario de sodio en niños. Éstas se basan a su vez en las recomendaciones internacionales vigentes, y se apoyan en la evidencia de los efectos deletéreos que puede tener un consumo excesivo de sal (5).
Tabla 1: Recomendaciones de ingesta diaria de sodio en niños.
Edad
Ingesta diaria de sodio (mg/dia)
0 a 6 meses
120
7 a 12 meses
370
1 a 3 años
1000
4 a 8 años
1200
9 a 13 años
1500
14 a 18 años
1500
Fuente: MINSAL
INGESTA HABITUAL DE SAL EN NIÑOSI. Recién nacido y lactantes menores de 6 meses
La leche materna aporta 160 mg de sodio por litro. En un lactante menor de 6 meses esta cifra traduce una ingesta total de 120 mg por día; cifra que se asume como recomendable a esta edad, en el entendido que la alimentación óptima para un niño de esta edad es la lactancia materna exclusiva.
La cifra presentada contrasta con la descritas por un estudio norteamericano que mostró que los lactantes estudiados consumían en promedio 188 mg de sodio por día, o sea un 60% más de las cifras sugeridas. En este estudio, las fuentes adicionales de ingesta de sodio a esta edad fueron principalmente los productos derivados de granos (cereales, panes, etc.) y las verduras (5% del total) (6).
Los sucedáneos de la leche materna actualmente en uso cumplen los requerimientos de la American Academy of Pediatrics in Nutrition en relación al aporte de sodio (20-60 mg de sodio por 100 Kcal). Este nivel de ingesta se triplica o cuadruplica si se administra una fórmula no regulada, y se multiplicaría por 10 al introducirse los alimentos sólidos (7).II. Lactantes de 6 a 11 meses (6)
El estudio norteamericano previamente citado, determinó en este grupo un consumo de sodio un 33% mayor a las cifras recomendadas.
Los derivados de granos, platos mixtos, carnes y otras proteínas, verduras, dulces, y aperitivos fueron las fuentes primarias de la ingesta de sodio en lactantes de 6 a 11 meses.
III. Niños de 12 a 36 meses (6)
El mismo estudio determinó en este grupo que el consumo superó el nivel recomendado en un 65%; y el nivel superior de ingesta tolerable en un 10%.
A esta edad las carnes y otras proteínas, y los cereales, representaron casi la mitad de la cantidad de sodio consumido. Otras fuentes de ingesta de sodio fueron: la leche, platos combinados, verduras, dulces y snacks.
IV. Niños de 12 a 36 meses (1)
Un estudio finlandés evaluó el consumo diario de sodio en niños, determinando un promedio de 1900 ± 504 mg/día a los 3 años, y de 2200 ± 531 mg/día a los 5 años.
Los niveles de consumo reportados en este estudio doblaron las recomendaciones de consumo actualmente vigentes para niños de estas edades.
En nuestro país, un estudio realizado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), y citado por Saieh et al, determinó que un almuerzo tipo, servido por ellos, aporta 650 Kcal y 5,26 ± 1,54 g de sodio. Los autores extrapolaron esta cifra a una dieta diaria de 1500 Kcal por niño, obteniendo un aporte total de 11 g de sal por día; valor que se escapa con creces de las recomendaciones vigentes (7). CONSUMO DE SAL Y ALIMENTOS “SALADOS”
La sal se agrega a los alimentos para mejorar su sabor y como preservante; de modo que su consumo no responde exclusivamente al que de manera consciente se hace al preparar los alimentos.
Numerosos estudios han establecido que la mayor parte del sodio ingerido por un individuo es aportado por los alimentos elaborados industrialmente. En nuestro país, se estima que el 75% del sodio presente en la dieta se añade a los alimentos durante su procesamiento o manufactura; y sólo el 10% procede de los alimentos naturales (7).
Existen ingredientes y preparados alimenticios que no necesariamente son percibidos como “salados”, pero que sin embargo tienen un alto contenido de sodio. Estos son los polvos de hornear (baking powder), bicarbonato de sodio (baking soda), glutamato monosódico (MSG), benzoato de sodio, nitrato de sodio y las levaduras en polvo (8).
La presencia de estos ingredientes explica que algunos alimentos percibidos por la población como “saludables”, como el caso de los cereales infantiles, tengan un contenido total de sodio más elevado de lo que su sabor sugiere; lo que exige revisar las etiquetas. Los colados infantiles, por ejemplo, contienen aproximadamente entre 50 – 160 mg de sodio x 100 grs, lo que al extrapolar al consumo total diario de un lactante se traduce en un aporte de sodio que supera las recomendaciones actuales (9).
RECOMENDACIONES ACTUALES
Los datos de la literatura dan cuenta que en diferentes países la ingesta de sal en niños supera las recomendaciones vigentes.
Considerando que la sal añadida en la preparación de alimentos en casa, pero en especial durante su procesamiento industrial, son la fuente más importante del sodio que consume diariamente un niño, se hace necesario que las intervenciones dietéticas al respecto presten atención a ambos puntos (4). Alentar a los fabricantes de alimentos para aumentar la disponibilidad de productos reducidos en sodio parece ser prioritario; y de hecho ya se cuenta en el mercado con alimentos infantiles como cereales y colados que rotulan en sus etiquetas el concepto “reducido en sodio”.
El año 2006 la Organización Mundial de la Salud recomendó la adquisición de políticas claras respecto al sodio en la alimentación, y propuso implementar tres áreas para su abordaje. Lagomarsino y colaboradores los resume en 3 puntos (7):
producción de alimentos en forma industrial sin agregado de sal, o con la mínima cantidad posible;
asegurar que los alimentos más saludables sean fácilmente identificables (etiquetado apropiado, acceso fácil en los supermercados y otros lugares de ventas);
y una activa y amplia campaña educativa en todos los grupos etarios, en relación a alimentación saludable y reducida en sodio.
¿CÓMO ORIENTAR A NUESTROS PACIENTES?
A la luz de la evidencia disponible, y en concordancia con las medidas propuestas por otras publicaciones (8), se sugiere:
Lactantes:
Prolongar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida, de modo de evitar la incorporación de otros alimentos antes de esa edad.
Incorporar alimentos sólidos a partir de los 6 meses, y cocinarlos sin sal.
Promover el consumo de alimentos preparados en las casas, de modo de evitar los preparados altos en sodio que la industria requiere como preservantes.
Fomentar entre los padres la lectura y comprensión de las etiquetas de cereales y colados, y optar en caso necesario, por aquellos formalmente “reducidos en sodio”.
Niños:
Disminuir la cantidad de sal con la cual que se cocina sus alimentos.
Evitar llevar la sal a la mesa.
Evitar el consumo de “alimentos salados”, o aquellos que su preparación exija una cantidad significativa de sodio.
Estimular el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales; evitando en contraste, los alimentos preparados, las comidas “rápidas” y los snacks.
Fomentar entre los niños y sus padres, la lectura y comprensión de las etiquetas de los alimentos que consumen; redirigiendo la compra a aquellos “reducidos en sodio”.
Conclusiones
En resumen podemos decir que la ingesta de sal en nuestros niños supera las recomendaciones vigentes, por lo tanto debemos tomar conciencia de este problema y promover acciones que fomenten la disminución de su consumo tales como evitar llevar la sal a la mesa, disminuir el consumo de alimentos salados, estimular el consumo de frutas y verduras y fomentar el uso de alimentos etiquetados como “reducidos en sodio”.
REFERENCIAS:
1.- Heino et cols. Sodium intake of 1 to 5-year-old children: the STRIP Project. Acta Paediatr 89: 406±10. 2000
2.- Barbara M. Thomson et cols Nutritional modelling: distributions of salt intake from processed foods in New Zealand. British Journal of Nutrition (2009), 102, 757–765
3.-Feng J. He, Naomi M. Marrero, Graham A. MacGregor. Salt Intake Is Related to Soft Drink Consumption in Children and Adolescents. A Link to Obesity? Hypertension. 2008;51:629-634.
4.-
Torrejón, Claudia. Alimentación del niño menor de 2 años. Recomendaciones de la Rama de Nutrición de la Sociedad Chilena de Pediatría. Rev Chil Pediatr 76 (1); 91-97, 2005.
5.-
Ministerio de Salud Chile, Departamento de Nutrición y Ciclo vital. Guía de Alimentación del Niño(a) Menor de 2 años. Guía de Alimentación hasta la Adolescencia. 2005.
6.-
William C. Heird et cols . Current Electrolyte Intakes of Infants and Toddlers. J Am Diet Assoc. 2006;106:S43-S51.
7.-Saieh A. Carlos, Lagomarsino F. Edda. Hipertensión arterial y consumo de sal en pediatría. Rev Chil Pediatr 2009; 80 (1): 11-20
8.-
Cavagnaro, Felipe. Documento “Consumo de sal en niños”. Escuela de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile. http://contacto.med.puc.cl/pediatria/PDF_PED/consumo_sal.pdf
9.-
Nestle http://www.nestle.cl/productos/Producto.aspx?ContentID=20&SID=20