Cirugía Vascular y Endovascular
Dr. Leopoldo Mariné:
Dr. Renato Mertens:
Dr. Francisco Valdés:
Dr. Albrecht Krämer:
Dra. Jeanette Vergara:
La revascularización es el único tratamiento disponible para el dolor de reposo y la necrosis por isquemia de las extremidades. Sin tratamiento, la evolución natural lleva a pérdida de la extremidad. Ocasionalmente se debe revascularizar las arterias propias del pie, por encontrarse ocluidos los segmentos arteriales más proximales. Reportamos nuestros resultados con la revascularización quirúrgica de estos vasos.
Estudiamos retrospectivamente 64 reconstrucciones realizadas en 63 extremidades de 61 pacientes entre 1985-99 siendo 75% hombre. Edad promedio era 68 años (rango:39-87), 93% era diabético. Sólo se incluyó pacientes con enfermedad aterosclerótica. La indicación quirúrgica fue necrosis isquémica en 56 reconstrucciones (87.5%) y dolor de reposo en 8 (12.5%). Ningún paciente fue tratado por claudicación. Los resultados se expresan como curva de sobrevida actuarial y error standard.
El procedimiento se realizó con anestesia regional en 88% de las reconstrucciones. La anastomosis proximal se localizó en vasos sobre la rodilla en 45 casos (70%) y bajo ésta en 19 (30%). La arteria revascularizada con mayor frecuencia fue la pedia: 56 casos (87.5%), seguida por la arteria plantar o sus ramas (9.4%) y finalmente ramas tarsales (3.1%). El conducto más utilizado fue la vena safena interna, externa o vena cefálica en diferentes configuraciones en 62 procedimientos (96.9%). Morbilidad general o local significativa ocurrió en 8 casos (12.5%). La estadía postoperatoria fue 15 días (rango 4-60), dada por la necesidad de curaciones complejas y reconstrucciones de las áreas necróticas del pie. Mortalidad operatoria (intrahospitalaria o 30 días) ocurrió en 1 caso (1.6%), por candidiasis sistémica y falla multiorgánica. La permeabilidad primaria asistida de las reconstrucciones fue 80.3% a 4 años (ES=10.3), salvataje de extremidad a 5 años fue 89.6% (ES=10.2). La sobrevida fue 74% a 4 años (ES=10.5).
Los excelentes resultados a corto y largo plazo de la revascularización de los vasos propios del pie, permiten la conservación de la extremidad en la mayoría de los casos, con mejoría de la calidad de vida de estos pacientes, en su mayoría diabéticos. Esto justifica el esfuerzo técnico y económico que representa este procedimiento.