Este 02 de agosto los estudiantes repletaron el auditorio Andrónico Luksic en el campus San Joaquín para conocer y escuchar a Pablo Pineda, en su primera visita a Chile. Invitado por el Centro UC Sídrome de Down, el actor, escritor y conferencista español habló sobre la importancia de incorporar la diferencia en las instituciones y los desafíos que plantea la inclusión.
Fecha: 5 de agosto 2016
“La diferencia es algo natural, porque es algo que va con nosotros mismos, no hay personas iguales. Todos los que estamos aquí, todos somos diferentes. Cada uno es hijo de su padre y de su madre, con su carácter con su forma de entender, su ideología, su forma de ver la vida y su forma de aprender”, afirmó Pablo Pineda al principio de su intervención. Frente a los cientos de alumnos que repletaron el martes 02 de agosto el auditorio Andrónico Luksic, el español de 41 años, conocido como el primer europeo con síndrome de Down en terminar una carrera universitaria, habló de la integración, de la diferencia y de su experiencia como estudiante en la Universidad de Málaga, donde se obtuvo una Licenciatura en Magisterio en 1999. El encuentro fue organizado por la Centro UC Síndrome de Down y la Red de Colegios Camino a la Inclusión con el apoyo de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la UC.
Pineda dijo que la universidad trata de imponer a todas las personas el mismo ritmo y que eso no es bueno, porque todos aprenden en forma distinta. Y agregó que no hay que ver lo diferente como una amenaza sino como un aporte a las organizaciones y a los individuos. “Tenemos que pensar que la diferencia enriquece a la sociedad, enriquece a la propia institución universitaria, la hace mejor, y enriquece a las personas, a vosotros los jóvenes”, señaló.
Sin embargo, explicó que para producir este cambio se necesita la voluntad de cambio y de transformación. “Hay que romper con los prejuicios porque eso es algo que os tapa, os nubla los ojos y no os deja ver más allá, ver cómo somos, querer conocernos. Ese creo que fue el gran defecto de mi experiencia universitaria. Mis compañeros se quedaron ahí, siendo compañeros. No quisieron dar el primer paso. Por eso no tuve amigos en la universidad”, recordó.
Pineda, que también es reconocido como ganador de la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de Cine de San Sebastián, el 2009, por su papel en la película Yo, también, llamó a ”romper el hielo” con las personas que tiene alguna discapacidad. “Hay que conocernos bien, en profundidad, qué es lo que nos gusta, que es lo que sentimos, cuáles son nuestros miedos, preocupaciones. (…) La empatía es el querer escucharnos”, dijo. Y agregó: “Necesitamos vuestro contacto, necesitamos vuestra empatía, necesitamos que nos comprendáis, que nos entendáis para luego interactuar, como personas que somos, de igual a igual. No hay seres superiores e inferiores”.
En este sentido, afirmó que “las universidades son instituciones muy cerradas”. Dijo que los profesores universitarios deberían adaptar su metodología a las necesidades de sus estudiantes. “Lo que reclamamos no es caridad, no es compasión, son derechos”, sostuvo.
Y dirigiéndose a los estudiantes asistentes señaló: “La juventud tiene un problema, que es que valoráis mucho el físico. Eso no es lo importante, lo importante está dentro, en los valores, en los sentimientos. Allí es donde definís lo importante, lo demás es pura fachada (…) Hay que ir al talento, hay que ir a la capacidad, ahí estás lo importante”, argumentó.
Pablo Pineda cerró el encuentro respondiendo preguntas de algunos de los asistentes, entre ellos mamás de niños con Síndrome de Down, profesores universitarios, estudiantes con otras discapacidades. Entre los últimos que tomaron el micrófono destacó la intervención de un estudiante que se presentó como asperguer. “Gracias a personas como tú, personas como yo seguimos luchando”, le dijo.
Información periodística:
Antonieta Sánchez, periodista.