Apuntes online, Medicina Familiar
Autoras
Dra. Lorena Valenzuela Residente Medicina Familiar PUC. Editora.
Dra. Solange Rivera. Docente Departamento Medicina Familiar PUC.
El reflujo gastroesofágico (RGE) es una enfermedad frecuente. La encuesta nacional de salud muestra que la prevalencia de RGE (definido como pirosis o regurgitación) es de un 29,9% siendo superior en las mujeres (33,1%). (1)
El RGE suele presentarse con síntomas clásicos como la pirosis y regurgitación ácida, y en algunas ocasiones con síntomas atípicos como dolor torácico, asma, tos crónica, aspiración recurrente y laringitis (3-4). Es una enfermedad multifactorial que tiende a la cronicidad y recaída, disminuyendo además la calidad de vida de los pacientes (2-3-4).
Su diagnóstico se realiza a partir de una historia cuidadosa, si el paciente presenta síntomas clásicos como pirosis y regurgitación ácida el diagnóstico se puede realizar con una alta especificidad, aunque la sensibilidad es menor (2-5).
Aunque el diagnóstico de RGE es principalmente clínico existen otros test diagnósticos que pueden ser de utilidad. La decisión de una investigación clínica con algún examen complementario depende de la presentación de los síntomas, edad del paciente y de la presencia o ausencia de síntomas de alarma (3-5). Los exámenes complementarios más utilizados son: radiología con bario, Ph metria de 24 horas y endoscopía.
La endoscopía es la técnica de elección para evaluar la presencia de complicaciones del RGE como esofagitis, esófago de Barrett y estrechez, pero su sensibilidad en el diagnóstico de enfermedad por RGE es baja (2-6). En más del 50% de los pacientes que padecen pirosis dos o más veces por semana no se encuentran lesiones endoscópicas de esofagitis (erosiones o ulceraciones). Tampoco existe una buena correlación entre la intensidad o frecuencia de los síntomas de RGE y la gravedad de las lesiones endoscópicas (3-6). Por lo tanto no existen datos que soporten el uso rutinario de endoscopía en pacientes con pirosis de inicio reciente no complicado que responde a terapia médica. En cambio en pacientes con RGE severo, pacientes sin respuesta a tratamiento médico (uso de inhibidores de la bomba de protones) o síntomas atípicos de RGE la endoscopía es recomendada(4).
El Colegio Americano de Gastroenterología recomienda el uso de endoscopía en los siguientes casos: falla en la terapia medica, síntomas de complicación del RGE, presencia de disfagia, sangramiento, pérdida de peso, dolor torácico o síntomas de larga data, requerimiento de terapia continua y screening de esófago de Barrett. Por otra parte la conferencia de consenso canadiense recomienda endoscopía frente a la presencia de: síntomas de alarma ( disfagia, odinofagia, sangramiento, pérdida de peso, dolor torácico), falla en la respuesta al tratamiento médico por 4 a 8 semanas y cuando se requiere terapia de mantención (4).
En relación con el seguimiento la endoscopía es generalmente innecesaria y faltan estudios que avalen sus indicaciones. La Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointestinal la recomienda en los pacientes que no responden al tratamiento, ante la presencia de úlceras esofágicas y cuando son necesarias biopsias y/o citologías adicionales para clarificar el diagnóstico. Tampoco existe consenso en cuanto a la necesidad y periodicidad con que deben realizarse los estudios de seguimiento, cuando éste es necesario (6)
BibliografíaEncuesta nacional de salud 2003, MINSAL
J. Heidelbaugh. Management of gastroesophageal reflux disease. American Family Physican. Oct 1, 2003.
J. De Caestecker. ABC of the upper gastrointestinal tract. Oesophagus: Heartburn. BMJ, Vol 323, 2001.
Howden C., Chey W. Clinical update: gastroesophageal Reflux Disease. The Journal of Family Practice Vol. 52 N°3, March 2003.
Mossa S., Armstronge D. GERD 2003 – A Consensus on the Way Ahead. Digestion 2003;67:111-117
Asociación Española de Gastroenterología, Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y Centro Cochrane Iberoamericano. Manejo del paciente con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Guía de Práctica Clínica. Barcelona, octubre del 2001.