Medicina Familiar
Evaluación Geriátrica Integral
Evaluación Geriátrica Integral
Autor: Jorge López Gálvez, Residente Medicina Familiar PUC.
Editor: Dra. Luz Montero O. Docente Medicina Familiar PUC.
Introducción
La población chilena se encuentra cursando una transición demográfica, con un incremento de la población adulta y adulta mayor. Este último grupo presenta características y necesidades distintas a las de la población general (1).
Fragilidad
Al momento de acercarnos a evaluar al adulto mayor, es fundamental conocer el concepto de fragilidad, siendo ésta una representación de la vulnerabilidad variable a distintos resultados de salud adversos en personas con la misma edad cronológica. El objetivo de su evaluación es diferenciar las necesidades de salud en este grupo.
Sin embargo, existen dificultades para lograr una definición operacional única en la literatura (2).
La definición más utilizada corresponde al Fenotipo Frágil, en el que se evalúan distintos aspectos:
Pérdida de peso no intencionada de 4.5 kg en el último año
Sensación subjetiva de agotamiento (sentirse inusualmente cansado en el último mes)
Debilidad con falta objetiva de fuerza (menos de 17kg de fuerza en la mano)
Disminución de la velocidad de marcha (menos de 0.8mt/seg)
Escasa actividad física
La presencia de 3 o más criterios define a un individuo frágil, mientras que contar con 1 o 2 establece un estado pre-frágil, con un alto riesgo de progresar a fragilidad, siendo predictora independiente a 3 años de nuevas caídas, empeoramiento de morbilidad, discapacidad en actividades de la vida diaria, hospitalización y muerte (3). Sin embargo, se trata de una medición difícil de aplicar en la práctica habitual debido a medidas objetivas requeridas, y considera la fragilidad como desde un punto de vista biomédico sin considerar elementos psicosociales asociados.
Considerando lo anterior, un grupo de expertos consideró las distintas definiciones de fragilidad en la literatura y elementos que consideraban fundamentales dentro de la evaluación de fragilidad, llegando a una definición biopsicosocial: “Fragilidad es un estado dinámico afectando a un individuo que experimenta pérdidas en uno o más dominios del funcionamiento humano (físico, psicológico, social), que es causado por la influencia de un rango de variables y que incrementa el riesgo de resultados adversos” (5).
Evaluación Geriátrica Integral
La evaluación geriátrica integral es un método de evaluación e intervención multidimensional y multidisciplinario, que considera aspectos relevantes en el adulto mayor, tales como capacidad funcional, cognición, salud mental y circunstancias socioambientales. En la evaluación de funcionalidad se incluyen tanto las actividades de la vida diaria tales como comer, control de esfínteres, vestirse, aseo, transferencias; como las actividades instrumentales de la vida diaria, como labores del hogar, uso del teléfono, administración de medicamentos, o el manejo del dinero. En cuanto a la evaluación de salud, considera tópicos relevantes, tales como: polifarmacia, osteoporosis, balance y prevención de caídas, continencia urinaria y fecal, nutrición, y visión y audición, incluyéndose a su vez distintos métodos de pesquisa de problemas de salud mental y cognitivos (6).
Considerando los múltiples ámbitos a considerar, es difícil aplicar este formato de evaluación en la práctica clínica habitual. Ante ello se han diseñado algunas pruebas de tamizaje que permitan definir aquellos adultos mayores con riesgo de fragilidad y que requieran una evaluación más detallada (7).
Entre éstas, el Indicador de Fragilidad de Tilburg, una prueba autoaplicada de 14 min de duración, y que evalúa dominios físico, psicológico y social es el que ha mostrado mayor consistencia, sin embargo, aún no ha sido validada en español , y se encuentra pendiente su evaluación en atención primaria (8).
¿Cuál es la utilidad de realizar evaluaciones geriátricas integrales en población de APS?
Si bien su utilidad ha sido bien estudiada en la población hospitalaria (2), en atención primaria existe una relativa escasez de estudios al respecto. Sin embargo, existen revisiones sistemáticas que establecen que establecen utilidad de esta evaluación en ámbitos como la reducción de consultas en servicios de urgencia (9), o mejoría en la funcionalidad, reducción de institucionalización y prevención de caídas (10). En particular, el ejercicio físico, a través de intervenciones multicomponentes ha mostrado resultados positivos en la reducción de discapacidad (11) y para reducir la incidencia de caídas (12).
Conclusiones
Definir población frágil permite distinguir a adultos mayores en riesgo de complicaciones para su salud. Aún cuando la evidencia en atención primaria aún es escasa, la Evaluación Geriátrica Integral ha mostrado efectos en lograr una mejor calidad de vida para la población. La forma en que ésta debiera implementarse es un área de discusión, siendo una alternativa el uso de métodos de tamizaje de fragilidad, si bien éstos se encuentran en fases iniciales de desarrollo.
Referencias1.-Gobierno de Chile. SENAMA, Resultados Adulto Mayor Encuesta CASEN 2011. Acceso 20 febrero 2013 en http://www.senama.cl/filesapp/RESULTADOS%20ADULTO%20MAYOR%20CASEN%202011.pdf
2.-
Lacas, A.; Rockwood, K. Frailty in primary care: a review of its conceptualization and implications for practice. BMC Medicine 2012, 10:4 http://www.biomedcentral.com/1741-7015/10/4
3.-
Fried, L.; Tangen, C.; Walston, J.; et al. Frailty in Older Adults: Evidence for a Phenotype. J Gerontol A Biol Med Sci 2001, 56 A(3),M146-56
4.-
García-González, J.; García-Peña, C.; Franco-Marina, F.; Gutiérrez-Robledo, L. A frailty index to predict the mortality risk in a population of senior mexican adults. BMC Geriatrics 2009, 9:47
5.-
Gobbens, R.; Luijkx, K.; Wijnen-Sponselee, M.; Schols, J. In Search of an Integral Conceptual Definition of Frailty: Opinions of Experts. J Am Med Dir Assoc 2010; 11:220-343
6.-
Elsawy, B.; Higgins, K. The geriatric assessment. Am Fam Physician 2011;83(1):48-56
7.-
Pialoux, T.; Goyard, J.; Lesourd, B. Screening tools for frailty in primary health care: a systematic review. Geriatric Gerontol Int 2012; 12:189-197
8.-
Gobbens, R.; van Assen, M.; Luijkx, K. et al. The Tilburg frailty indicator: psichometric properties. J Am Med Dir Assoc 2010; 11:34-355
9.-
McCusker, J.; Verdon, J. Do geriatric interventions reduce emergency department visits? A systematic review. Journal of Gerontology: Medical Sciences 2006 Vol 61 A(1)53-62
10.-
Beswick, A.; Rees, K.; Dieppe, P.; Ayis, S. et al. Complex interventions to improve physical function and mantain independent living in elderly people: a systematic review and meta-analysis. Lancet 2008;371:725-35
11.-
Daniels, R.; van Rossum, E.; Witte, L.; et al. Interventions to prevent disability in frail community-dwelling elderly: a systematic review. BMC Health Services Research
12.-
Gillespie LD, Robertson MC, Gillespie WJ, Sherrington C, Gates S, Clemson LM, Lamb SE. Interventions for preventing falls in older people living in the community. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 9. Art. No.: CD007146. DOI: 10.1002/14651858.CD007146.pub3.