San Alberto Hurtado: Al Servicio de la vida

En el Mes de la Solidaridad, el Dr. Felipe Heusser, Vicedecano de Asuntos Asistenciales de la Facultad de Medicina UC, comparte con nuestra comunidad la siguiente reflexión. 

 

Fecha: 9 de agosto 2016

La sociedad actual es calificada como profundamente insolidaria, lo cual se expresa en la absolutización de la eficacia, del pragmatismo y del individualismo.

Ante ello es necesario volver los ojos a San Alberto Hurtado, apóstol de la solidaridad, de la entrega gratuita, del compromiso. Fue un hombre de carácter fuerte, generoso, apasionado que se entregó a Cristo amando sin restricciones a todas las personas, en particular a los más abandonados. 

En Alberto Hurtado se dan en forma significativa por una parte el Buen Samaritano y también el paciente que aceptó en forma dócil el cuidado, acompañamiento y consolación en su última enfermedad. Entre otros testigos de su agonía, Marta Holley recuerda que el P. Hurtado, con lágrimas en los ojos, se excusa porque se emociona con el cariño que recibe y a la vez con voz débil en forma continua ruega  “que Cristo tenga menos hambre, menos sed, que esté más cubierto, puesto que el pobre, el enfermo es Cristo”.

El 18 de agosto de 1952 muere San Alberto Hurtado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica. “Fuego que enciende otros fuegos”. Quien fue enterrado en la parroquia Jesús Obrero, al lado del Hogar de Cristo. 

Al cumplirse el próximo 18 de agosto un aniversario más de su partida a la Casa Del Padre, parece ser  necesario asumir su legado para  construir una sociedad más solidaria, justa y fraternal, comprometida con los más vulnerables. 

En el caso de los que trabajamos en el ámbito sanitario es una fecha propicia para reflexionar sobre nuestro compromiso incondicional de acompañar, cuidar, aliviar el sufrimiento de nuestros pacientes y de sus familias. 

Dr. Felipe Heusser. 

 

 

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