Salud Mental de las mujeres: Un desafío para Chile
Fecha: 8 de marzo 2016
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente las enfermedades neuropsiquiátricas aportan un 13,9% de la carga de enfermedades totales de las mujeres en el mundo. En Chile los trastornos psiquiátricos más frecuentes son la agorafobia, las fobias simples, la fobia social, la distimia y la depresión. Lamentablemente, esta realidad aún no encuentra la respuesta necesaria en las políticas sociales y de salud del país.
La melancolía o la tristeza suelen ser sentimientos pasajeros que van y vienen en la vida de las personas. Sin embargo, cuando éstos realmente interfieren en la vida, entonces se convierten en un problema no sólo para quienes los padecen, sino que para todo su entorno. En general, una de las frases que más se suelen escuchar es que esto “se suele manifestar más en las mujeres que en los hombres”, pero ¿cuál es el sustento de esta afirmación?
Hoy por hoy dentro de las enfermedades neuropsiquiátricas, la depresión y la ansiedad son casi dos veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres, a diferencia de otras patologías donde la relación es equivalente o incluso menor, como es el caso del abuso de alcohol o drogas. “Así, analizando por condiciones específicas, y no por grandes grupos de enfermedades, la depresión en las mujeres es la segunda causa de carga de enfermedad en el mundo después de las enfermedades respiratorias”, enfatiza el doctor Rodrigo Figueroa, académico del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina UC.
En Chile, según el Estudio de Prevalencia de Enfermedades Mentales liderado por el Dr. Benjamín Vicente, los principales problemas de las mujeres son: la agorafobia, que de acuerdo a esta investigación lo ha padecido al menos un 15,9% de la población femenina alguna vez en la vida; le siguen en una medida similar las fobias simples, la fobia social, la distimia y la depresión mayor.
Más allá de estas cifras, ¿qué explica que en las mujeres se expresen más problemas de salud mental que en los hombres? De acuerdo al doctor Figueroa, “se ha observado una relación entre los estrógenos y la respuesta al estrés mediada por la actividad hormonal en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, que aparentemente jugaría un papel importante. Esto explicaría porqué es justamente durante el período fértil de la vida de una mujer donde la prevalencia de trastornos depresivos y ansiosos es más o menos el doble que en los hombres, no así antes de la pubertad ni después de la menopausia. Los estrógenos podrían actuar modulando la respuesta de los receptores de glucocorticoides en el cerebro, lo que inhibiría el feed-back negativo que éstos deberían producir durante la respuesta de estrés, prolongándola”.
A la fecha, la evidencia médica apoya que los cambios hormonales producidos durante el ciclo menstrual, el post parto o en la perimenopausia tienen relación con las fluctuaciones en los niveles plasmáticos de estrógenos y progesterona. “También existen mujeres usuarios de anticonceptivos orales, que modifican sus estados de ánimo por el efecto de estrógenos y progestágenos contenidos en las tabletas. Sin embargo, aquí es importante recalcar que influyen no sólo las variaciones hormonales, sino también la susceptibilidad que tenga cada mujer a este efecto”, agrega el doctor José Poblete, Jefe de la División de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile.
Otro factor que también interviene en la manifestación de problemas mentales, tiene que ver con el estrés y los eventos traumáticos. De hecho, de acuerdo a las últimas investigaciones, la incidencia de depresión es muy baja en ausencia de estresores ambientales, y aproximadamente un 75% de los casos de depresión están precedidos de un evento vital estresante que lo precipite.
“De acuerdo a un estudio que realizamos luego del terremoto ocurrido el 27 de Febrero de 2010, con una muestra de más de 27 mil personas, pudimos observar que las mujeres desarrollaron más síntomas de estrés postraumático que los hombres, encontrándose entre otros factores de riesgo una mayor cercanía al epicentro, vivir en una zona urbana, la precariedad del empleo y la vivienda, la pobreza, así como otros Determinantes Sociales de la Salud que impactan directamente en la salud mental tanto en hombres como en mujeres”, indica el Dr. Figueroa.
En Chile al menos 1 de cada 3 mujeres ha sufrido o está siendo víctima de violencia en sus distintas formas. La violencia doméstica sin duda tiene un rol en la salud mental de las mujeres, así como las agresiones sexuales. ”Esto es tan así, que en algunos estudios se ha visto que más de la mitad de las mujeres que son víctimas de una violación desarrollan trastornos psiquiátricos en los meses después del evento, los que pueden tornarse crónicos en más de un tercio de los casos”, explica el académico UC.
En Chile, la salud mental, en general, está sub-visibilizada, y existe poca conciencia sobre los enormes costos que significa invertir poco. “En nuestro país destinamos actualmente menos de un 3% de nuestro gasto en salud a salud mental, mientras que en otros países se destina entre un 8 y 16%. El asunto es muy relevante, porque se estima que en los países desarrollados entre un 3 y un 4% del PIB se gasta en paliar las consecuencias de problemas de salud mental no tratados, como cesantía, ausentismo y bajo rendimiento laboral, violencia doméstica y accidentes relacionados al uso de alcohol y drogas. Algunos cuadros psiquiátricos, al producir conductas disruptivas, generan un impacto negativo no sólo en en paciente, sino en su entorno, afectando la calidad de vida de un gran número de persona. Aquí aún tenemos mucho por hacer”, recalca el doctor Rodrigo Figueroa, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Católica de Chile.