Sabía usted que

Fecha: 22 de septiembre 2016

 

En 1975, habiéndose cumplido 45 años desde el inicio de las actividades de la Escuela de Medicina, el Dr. Salvador Vial, Director de la Institución, convocó a un seminario con participación de docentes, alumnos y académicos de diversas disciplinas, para reflexionar sobre las ideas matrices que debían fundamentar nuestra actividad. Las conclusiones quedaron plasmadas en la Declaración de Principios de la Escuela de Medicina, redactada por el Dr. Vial y el Dr. Benedicto Chuaqui y publicada en 1977.

En el documento se consideraba la Medicina desde cuatro perspectivas: Teológica, antropológica, científico-natural y social.

A continuación se transcriben párrafos del texto sobre la Medicina desde un punto de vista teológico:

En la Escuela de Medicina de la Universidad Católica de Chile rige oficialmente la Doctrina Católica, directriz espiritual del quehacer de la Institución.

Ello implica reconocer la significación trascendente – más allá de una concepción científico-natural y en su vinculación con Dios – de los atributos inmanentes a la existencia humana, indagados por la Medicina: la salud, el padecimiento, la enfermedad y la muerte del hombre. La Escuela debe, por lo tanto, promover en sus docentes y alumnos la reflexión sobre el sentido teológico de estas vicisitudes humanas y dar lugar en el plan de estudios para que ellos se adentren en este campo del conocimiento.

La vigencia de la Doctrina Católica en la Escuela determina, además, la orientación ética que ha de entregarse a los estudiantes que de ella egresen. Para ello, el Cuerpo Académico ha de esmerarse en dar a través de su actitud cotidiana testimonio del espíritu cristiano reinante , y la Escuela ofrecer a los alumnos, dentro del plan de estudios, las condiciones más propicias para que mediten sobre los valores de la ética médica y hagan de la moral cristiana la rectora de su ejercicio profesional.

Los docentes y alumnos que, en virtud del derecho de libertad de conciencia, no profesen la Fe Católica han de comprometerse a respetar la Doctrina Católica Pontificia.

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