El Departamento de Medicina Familiar fue creado el 22 de enero de 2003 siendo su primer jefe el Dr. Joaquín Montero. La historia se remonta, sin embargo, al año 1993 cuando se establece el Programa de Medicina General del Adulto, al que se agrega al año siguiente Medicina General del Niño. Ambos surgen como una respuesta a la necesidad de desarrollar una formación médica sistemática y de excelencia en el ámbito de la Atención Primaria de Salud (APS).
Fecha: 22 de junio 2016
Un grupo de residentes, liderados por el Dr. Patricio Céspedes, la Dra. Teresita Varela y la Dra. Constanza Harismendy becados del programa de Medicina Familiar prepararon esta reunión que realizan mensualmente como equipo con los médicos académicos en el Centro Médico San Joaquín.
En esta ocasión para reflexionar sobre los valores inspiradores de la vocación de servicio que desarrolla esta especialidad médica. En la presentación inicial los alumnos de postgrado mostraron los orígenes de esta beca, de cómo se fue abriendo camino en la formación y de cómo los primeros especialistas forjaron un recorrido por los ámbitos de desarrollo de esta especialidad: un ejemplo de ellos es el trabajo que realizaron por primera vez durante los años ´80 en los consultorios de zonas periféricas de Santiago para conocer la realidad sanitaria en sectores más vulnerables.
En el contexto de las reuniones conjuntas, organizadas y dirigidas por el Dr. Jaime Sapag, que se realizan al final de cada mes, inicialmente éstas eran realizadas por los equipos de los centros de atención primaria de los centros Ancora y de todos los centros de salud familiar donde se encuentran presentes los médicos familiares que realizan labores de formación o que se están formando, ellos presentan algún tema de su centro, que sea importante para el conjunto. Desde el año pasado hubo una innovación y se transformó este espacio en una instancia para que los académicos también pudieran compartir sus experiencias de investigación, innovación en que están involucrados. “Particularmente la de hoy, corresponde a una de esas reuniones, en la que los académicos comparten y desarrollan un tema con el conjunto. Esta fue una motivación que el Dr. Joaquín Montero nos planteó, la idea de reconectar la discusión con las raíces, la motivación original con el desarrollo de la medicina familiar, y eso después otros académicos apoyaron esa idea y finalmente se dejó esta reunión para que específicamente se pudiera trabajar con los becados este tema. Creo que fue interesante, siempre es bueno conectarse con los orígenes, con las motivaciones más profundas, más allá de lo que uno está haciendo en el día a día, ver lo que se planteó cuando partió el departamento, después como programa y lo que está ocurriendo hoy con los nuevos residentes, y poder conectar esas distintas perspectivas, para ir fortaleciendo la construcción del departamento, y todo lo que se hace en salud familiar. El trabajo que aquí se hace por la población en su conjunto y por las personas, sus familias y su comunidad, la humanización del trabajo en salud, e ir fortaleciendo la equidad, ir fortaleciendo los resultados que se obtienen para las personas, sus familias y sus comunidades. Al ir creciendo el departamento, las personas que están involucradas en esto, hace vital la importancia de reconectarse con el origen, reconectarse con el fin último que son las personas, yo lo veo también como un proceso de transformación social y este tipo de encuentros ayuda a compartir todas esas visiones que no siempre son las mismas, pero que en esa diversidad van enriqueciéndose”, expresó el académico.
En cada presentación hubo intervenciones de docentes que hoy realizan sus actividades en este equipo y de otros que se formaron en esta unidad académica, pero que por razones de investigación y docencia terminaron trabajando en otras divisiones y departamentos de la Facultad de Medicina UC. En todos ellos, la principal motivación pasa por el hecho de servir al otro, con un bien escaso de la sociedad en estos días, que por el sentido de especialización de esta área termina desarrollando un quehacer integral centrado en el paciente y su familia.
Para el Dr. Klaus Püschel, Director de la Escuela de Medicina, quien además es médico familiar, es muy motivante ver cómo nace de los residentes esta iniciativa. “Me encantó encontrarme con el Dr. Montero y con dos becados jóvenes entusiastas, y poder hacer una sesión para ver cómo volver a inspirarnos, eso es muy impresionante de ver en un mundo académico que a veces está demasiado enfocado en competencias y en productividad que esto sirva para no perder el sentido de las cosas, así que esto me parece primero es una muy bonita señal, que expresa que nosotros queremos tener una mirada un poco más con profunda, y yo creo que eso también tiene que ver con el origen, con las historias que comentábamos antes, y ahí uno se encuentra con cosas diferentes, entonces yo creo que ese legado, atreverse a mirar las cosas desde otra perspectiva, aunque uno se encuentra con que hay desafíos que aún no sabemos cómo abordar, yo creo que eso nos permite ver cómo seguimos hacia adelante, me parece a mí que nuestro país ha cambiado, pero quedan muchas cosas por hacer todavía, en cómo rescatamos a las personas, y la medicina familiar tiene ahí mucho que decir, me parece que todavía nos pasa que en algunas ocasiones no nos reconocen como sus médicos de cabecera, que está muy fragmentado todo lo que hacemos, y hay que hacer mucho más de lo que hacemos hoy día, yo creo que aún hay muchas razones para inquietarse, y tenemos grandes fortalezas que debemos seguir desarrollando y que vemos que hay mucha más gente interesada ahora, yo creo que tenemos una gran oportunidad para transformar con más fuerza y con más potencia y demostrar que hay muchas más cosas que podemos hacer mejor, y a mí me encanta ver que hay esa inquietud en ustedes”, expresó el doctor.
“Es muy lúcido lo que no están pidiendo ustedes, lo que nos piden es que seamos consistentes, que mantengamos ese espíritu integral y que eso sea un modelo para nuestros residentes, nos damos cuenta que cada uno se va diversificando en caminos distintos, y que nos podríamos tender a alejar de la esencia de la medicina familiar, pero es fundamental que los docentes sigamos teniendo en el centro de nuestro modelo centrado en el paciente es lo que los residentes nos están pidiendo y yo creo que ese es el mensaje que debemos recibir”, comentó el Dr. Álvaro Tellez, quien además de ser médico familiar, actualmente es el director médico de los Centros de Salud Familiar Áncora.
Al finalizar el encuentro, el Dr. Joaquín Montero, también no entregó sus reflexiones. “La percepción que teníamos era que hay un espíritu, hay una vocación para desarrollar esta aspecto de la medicina que es la medicina familiar, para concentrarse en el trabajo con las personas, con las familias y con la comunidad. Pero la disposición, a responder a situaciones especiales como ha sido en la historia, como en los terremotos, en las inundaciones, en todas estas cosas, hemos visto que con el tiempo venía decreciendo, la capacidad de atender a esa gente que está sufriendo estos eventos mayores es menor. Cuando partió la beca el año 93, hubo una gran inundación en Santiago, se suspendió la beca y todos partimos durante una o dos semanas a atender a los albergues, a toda la gente que había perdido sus casas, y salimos todos, después el año 2010 cuando vino el terremoto sobretodo en la zona del Maule, también se movió muy fuertemente todo el grupo, y hacíamos operativos, y tuvimos una gran participación, especialmente en Curanipe y en Chanco, en la zona de Pelluhue, interactuamos e hicimos acciones allá. Y ahora para la inundación en Copiapó en 2015, Chañaral y toda la zona del valle del río Copiapó, prácticamente no fue nadie, uno o dos médicos, entonces nos dijimos aquí hay algo, que existía antes, esta vocación de servicio, y que significa dejar todo, e ir a trabajar y a ayudar, hoy día ya no lo tenemos, ¿qué está pasando?, haciéndonos la pregunta nos dijimos a lo mejor hemos perdido, se nos ha olvidado este espíritu fundacional que teníamos de esta permanente disposición a servir. Entonces decidimos hacer esto para irnos a las raíces de la historia, de dónde está, por qué viene, y esto poderlo transmitir a las generaciones jóvenes. Lo que está escrito a manos en documentos del testimonio de esos años a mediados de los ’80 se ha seguido haciendo, está todo dicho lo que hay que hacer, es impresionante la concordancia de esa raíz de la historia con lo que se hace. Con 17 nuevos becados lo que falta es mantenerse en ese sentido, porque la tentación es irnos pareciendo a otros especialistas, y a veces se nos olvida este aspecto de por qué la gente quiere hacer esta beca, porque también ser especialista en esto es un poquito loco, porque uno sabe que se mete en áreas duras, difíciles de vivir, afortunadamente todavía hay gente motivada, y tenemos que apoyarnos, motivarnos y compartir sobre esto”, analizó.