Recientemente Margaret Chan, Directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que estas patologías son una amenaza global, a la que el mundo no está preparado para dar una respuesta eficiente. ¿Existe realmente una contundente respuesta estratégica en Chile para evitar la propagación de enfermedades como el Zika, el Dengue u otras?
Fecha: 27 de mayo 2016
Actualmente las principales amenazas para Chile y la región están dadas por enfermedades virales transmitidas por mosquitos, como el Dengue, el Chikungunya, el Zika o la Fiebre Amarilla. Además, otros temas que hoy también se encuentra en la palestra son: el de la resistencia frente a los antimicrobianos en las infecciones bacterianas, incluyendo a la Tuberculosis; así como la expansión de la infección por VIH y otras infecciones de transmisión sexual en todo el continente.
A pesar de este panorama, contamos en la actualidad con métodos muy precisos de identificación y diagnóstico de microrganismos causales de enfermedades infecciosas, los cuales han permitido caracterizar brotes en corto tiempo e implementar rápidamente medidas de control y tratamiento. También existen nuevos tratamientos altamente efectivos, como es el caso de los antivirales para la Hepatitis C o el VIH. “Lo que ha faltado en algunos casos es la voluntad política, y por ende los recursos necesarios, por parte de las organizaciones responsables, incluyendo a la OMS, y de algunos gobiernos, para el adecuado control de estas enfermedades”, indica el Dr. Carlos Pérez, Infectólogo y Jefe de la División de Medicina de la Facultad de Medicina UC.
De esta forma, tal como lo recalca el especialista, “hoy es preocupante vislumbrar que programas históricamente exitosos en nuestro país, como el Programa Nacional de Inmunizaciones o el del Control de la Tuberculosis, han perdido fuerza o cuentan con menos recursos. El riesgo que se corre con esto es que en el corto plazo puede haber un incremento en las infecciones inmunoprevenibles y en los casos de infección tuberculosa”. Además, a lo anterior hay que sumar la necesidad real que existe en torno a fortalecer los programas de control en el uso de antibióticos, para frenar la aparición de resistencia por su uso inapropiado.
Hoy los grandes desafíos en en salud pública están moldeados por tres factores que cada vez están repercutiendo en la vida de todos los ciudadanos: el clima cambiante, el fracaso de antimicrobianos básicos y el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles. “Los cambios medioambientales están aumentando el riesgo de ciertas infecciones, y por otro lado enfrentamos un aumento en las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y de tabaco, entre otros factores”, explica el académico de Medicina UC.
Para todo lo anterior, reforzar las áreas técnicas, aumentar los recursos relacionados al diagnóstico y control de las enfermedades transmisibles en el ministerio de Salud y en el Instituto de Salud Pública es muy importante. “Lo que obviamente también incluye la participación de expertos de las universidades y sociedades científicas del país”, finaliza el Dr. Pérez.