La piel es el órgano más grande del cuerpo humano pesando entre 2,5 y 4 kilos y mide en promedio 1.67 metros cuadrados. En esta nota se recopila información y recomendaciones que entrega la Red de Salud UC CHRISTUS sobre el cuidado de la piel.
Fecha: 14 de octubre 2021
La función de la piel es separar el interior del cuerpo del exterior, protegiéndolo contra bacterias, virus y otros agentes que podrían dañarlo, y contribuye a regular la temperatura. Las enfermedades que irritan, obstruyen o inflaman este importante órgano pueden causar síntomas tales como enrojecimiento, inflamación, ardor y picazón.
Las alergias, los irritantes, la constitución genética y algunas enfermedades y problemas del sistema inmunológico pueden causar dermatitis, ronchas y otras afecciones en la piel. Así mismo, hay otras afecciones, tales como el acné, que también pueden alterar su apariencia.
El médico especialista en enfermedades de la piel es el dermatólogo.
Cuidados en invierno
En invierno el frío produce una vasoconstricción en la superficie de la piel, lo que implica que la sangre muchas veces no llegue de la mejor manera a la piel. En esta época del año también se usa la calefacción, y si esta tiene mucha intensidad, ese calor puede producir que el agua de la piel se pierda, factor adicional que hace que la piel se seque.
En consecuencia, los principales cuidados que entregan los especialistas son:
También es importante cuidarse del frío directo, que daña las manos generando lo que se conoce como eccema asteatósico, lo que se agrava con el alcohol gel o con todas las sustancias desinfectante que se están usando en tiempos de pandemia.
Cuidados en el verano
Cuando llega el verano los días son más largos, cálidos y llega es tiempo de mostrar un poco más la piel, ya que el clima se hace más propicio para usar prendas más ligeras, sobre todo si se está en la playa o en la piscina.
Sin embargo, al estar expuestos al sol hay que considerar algunas recomendaciones para cuidar la piel como hidratar y limpiar muy bien, consumir al menos 2 litros de agua al día y aumentar el consumo de frutas y verduras que aportan las vitaminas que la piel necesita para defenderse.
Después de la exposición al sol o al agua clorada, es necesario ducharse, y limpiar la piel con productos suaves que no alteren su manto ácido, que no irriten ni sean muy perfumados, pero sí ayuden a eliminar la grasa y suciedad acumuladas.
Es muy importante considerar las siguientes recomendaciones: