En la Jornada de Bienvenida a Residentes el jueves 28 de abril, recibimos la visita del Capellán del Hogar de Cristo, Padre Pablo Walker, quien expuso sobre el compromiso y rol social de los estudiantes de medicina que ayudan en el trabajo en los distintos centros de esta fundación.
Fecha: 20 de mayo 2016
En la actividad el padre expresó el concepto pobreza, el sentido del trabajo social y contó su experiencia con personas más vulnerables. Allí relató la historia del «Tragedia», un mendigo que camina por las calles cercanas al Hogar y que cuando se topa con el padre hasta alcohol le ofrece.
“Creemos que ustedes son un aporte para el país con el sentido social o de misericordia. Que puede de alguna manera poner los mismos datos, pero con otro orden, porque en matemática dura el orden de los factores no altera el producto, pero fuera de las matemáticas duras, el orden de los factores es todo el producto. Cambia absolutamente el producto”.
“Les invito a preguntarnos si este principio de la misericordia me permite evaluar ciertos criterios de mi residencia de acuerdo a la situación en la cual me encuentro. Si uno mira a Jesús de Nazaret está viviendo la misericordia en el sentido social, tiene que ver con delante de quién tú estás dispuesto a arrodillarte, y delante de quien no estás dispuesto a arrodillarte. Conocemos muchas personas incluso yo, que muchas veces me arrodillo delante de mi ego, también me puedo arrodillar delante de una culpa, de lo que hice hace 30 años, me puedo arrodillar también delante del miedo a sobrevivir, en la carrera como doctor, me puedo arrodillar delante de la competencia, delante de la opinión de los demás, lo interesante que si tú te arrodillas delante de alguien cuyo único interés es liberar a un hombre o a una mujer de su sufrimiento, eso se llama misericordia, tú no te vas a deshumanizar, si te arrodillas delante de una carrera, te deshumanizas de aquí a dos cuadras más”.
“Si tú solo te arrodillas delante de este desvelo, este celo, de que los sufrimientos pueden ser evitados lo más rápido posible, tú te vas a humanizar y te vas a ser libre, pero vas a entrar en conflicto, con las expectativas, con la familia, con sustos de todo tipo…Esta no es una opción de clases, pobreza es un término relativo, es el mateo del curso comparado con el porro, es el que trolea respecto al mejor compañero, es el nerd respecto al que le va excelente para estudiar. Las opciones estrategias, sistemáticas, metódicas sobre cómo yo disminuyo el sufrimiento, es el principio de la misericordia”.
“Lo único que te quisiera proponer con todo cariño es como no logramos ser esquizofrénicos, cómo logramos que en una carrera tan competitiva como en la que estás, el principio de la prioridad con el que más sufre ilumina tus decisiones, y cómo hago para que entre alguien que va a misa y quien no va a misa, entre alguien que tiene pituto y no tiene pituto, entre alguien que está sano y otro que está enfermo, priorizar al que peor lo pasa, aunque me arruine el negocio. Ese es Jesús de Nazaret”.
“Lo que hay que recalcar es que no se trata de obras de misericordia puntuales, sino de la estructura fundamental de la relación frente a las víctimas de este mundo. Esta estructura consiste en que el sufrimiento ajeno se interioriza en uno y ese sufrimiento interiorizado mueve una reacción sin más motivos para ellos que el mero hecho de venir en el camino. No para reforzar la marca PUC ni la marca Hogar de Cristo, no por sacarme una foto en las páginas sociales de El Mercurio, no para eso, porque eso es fallarle a la dignidad del ser humano… Hay relaciones de amor que no son por un beneficio determinado, que son, la misericordia es una de ellas…”
“…El sentido social es conflictivo, debe ser conflictivo porque es innovación de humanidad…debe serlo, porque nos hace salir a buscar qué es la dignidad del ser humano…no se trata de alivio de necesidades individuales, del peligro de abandonar transformaciones de estructuras, sino temas como la salud pública, no se trata de actitudes paternales, o del peligro de ser paternalista, se trata de determinar por ejemplo, por qué era tan determinante que ayer hubieran 20 alumnos de medicina de primer año en la sala de enfermos terminales, porque en el fondo estaba entendiendo que la medicina no es el análisis del sufrimiento de una neurona, o de una molécula o de una célula. Iban a confluir ahí, sin peligro que ni lo oyeras porque era un profesional de la salud, iban a confluir ese hombre que perdió a su mujer, o aquel que es bueno para el trago, o el que salió de la cárcel y ese es tema para la salud, porque si tú metes estas problemáticas, si las metemos en la manera de entender mi disciplina, cirugía o formación integral, tú vas a ser mejor director de hospital, tú vas a ser mejor cirujano, tú vas a ser mejor docente, porque no te vas a relacionar con aquella molécula, ni con lo que te logra mostrar cómo te resultó todo, sino que te vas a encontrar con reverencia con esa persona que sufre, y vas a sacarte la mugre estudiando, como lo has hecho en toda tu carrera, pero lo vas a poner eso con esa humildad básica de decir somos un fragmento que debe ser completado por otras disciplinas, y vas a poder convocarlas”.
“La pregunta que te quiero dejar es si no te haría más lúcido en el ejercicio de tu profesión en levantar algo que no es fruto de mi músculo, un misterio, un don, que hace que yo tenga que dar gratis lo que gratis recibí. Porque si yo estoy solo aquí porque me lo gané, yo voy a ser una máquina de moler carne con los demás. De aquí en adelante se acabó el sentido social como un sentido de autocomplacencia moral, olvídense. No es para sentirnos bonitos, es justicia, porque nadie estaría vivo sino hubiese hecho algo gratis por nosotros, estaríamos todos en el psiquiátrico”.
“La santidad de Dios no consiste en acumular puntos, ni perfecciones, ni capacitaciones, sino poner la prioridad en el que más sufre. Esa es la santidad. Y para eso no necesitas ser cristiano, aunque bien nos ayuda el pilar de Jesús. El sentido social es una escuela de humanidad porque nos pone en una especie de igualdad y te propongo pensar que la dignidad es una vulnerabilidad que compartimos y no es una demostración de la ostentación de talentos. El sentido de la justicia urge en este país, la justicia no es solo la justicia conmutativa, doy para que me des, y te doy en la medida que me des, sino que la justicia debe ser restaurativa, el que más merece es el que más necesita. La prioridad es el que más sufre y es una inspiración distinta para entender mi carrera”.
Por su parte el Dr. Eduardo Valenzuela, quien es coordinador general del convenio entre la UC y el Hogar de Cristo invitó a los jóvenes residentes a sumarse al trabajo que ya están realizando grupos médicos de las especialidades de geriatría, medicina interna, cuidados paliativos y otros especialistas, en una labor que es parte del compromiso de la comunidad UC con los más desposeídos, en el año de la Misericordia.