Capellán Pablo Walker: “La enseñanza del Padre Hurtado y el sentido social moviliza esta comunión entre la UC y el Hogar de Cristo”
Fecha: 27 de febrero 2015
Conversamos con el Padre Pablo acerca de lo que significa para el Hogar de Cristo este convenio con la Facultad de Medicina UC que cumplió 20 años, pero que sin duda llama a sensibilizar a más actores en la reparación de la dignidad humana y en lo que para el Padre Hurtado llamó el “Sentido Social”, el sentido del valor solemne de cada uno de nuestros actos con el fin de ayudar al otro. ¿Qué haría Cristo en mi lugar?
Esa es la pregunta que en la actualidad mueve todo el quehacer del Hogar de Cristo, y que en todo su proceso de planificación estratégica considera como decisivo el aporte que médicos, enfermeras y profesionales de la salud UC puedan hacer para el trabajo con las personas en la Sala Padre Hurtado de enfermos terminales, en las hospederías y en la calle.
Y no tan solo para resolver lo urgente y dar agua, techo y comida, sino más bien para reparar la dignidad humana de quienes para el Padre Pablo Walker llama “los invisibles”. Aquellos que pasan a un segundo plano en el debate de políticas públicas o en las definiciones de leyes o en el cumplimiento de lobby político. “El Hogar tiene por misión el no realizar nunca esto sin involucrar, sin convocar a diversos actores, de manera que el trabajo de reparación de las enormes brechas que vivimos como país sea sentido como propio por un país entero y no sea delegado mandatado vía algún tipo de transacción económica, por un grupo pequeño de agentes sociales y fundaciones o de un Gobierno de turno”, explica.
El padre enfatiza la importancia de este convenio: “Para nosotros es decisivo establecer una relación muy lúcida entre una universidad como la Católica, con las escuelas de enfermería y medicina, donde se están formando los profesionales de la salud de los cuales el país tiene derecho a tener altas expectativas. No solamente en términos de competencia técnica sino de estándares éticos y hondura espiritual en el modo de entender su propia vocación a la salud”, señaló.
Luego el Padre Walker retoma la idea del sentido de tener esta alianza entre ambas instituciones. “La razón de ser del Hogar de Cristo no es solo que tenga pan, techo y comida para resolver lo urgente, sino cerrar la fábrica de la deshumanización, cerrar la fábrica del desprecio de la vida del hombre por otro hombre, del abandono, del descuido, y esa fábrica supone que el Hogar de Cristo sea una universidad del alma”. Y continúa: “Esperamos de la Pontificia Universidad Católica de Chile que imponga ese sello, donde cada profesional que haya pasado por nuestras salas no entienda su paso a modo de una pasantía o un tiempo estudios como becarios, una especie de servicio militar, o una época medio romántica idealista, sino como un involucramiento que hace que él se comprometa de por vida a que una proporción importante de sus horas de médico y docente, que está dedicado a la atención en salud de personas a las cuales se les está negando el derecho constitucionalmente reconocido el derecho a la salud, pero que en término de desarrollo como país aún no se realiza, para poner ese ladrillo en la construcción de la catedral, como una importante obligación de consciencia, sea o no sea creyente. Y que eso sea un asunto personal”, añadió.
Junto con eso, el representante del Hogar de Cristo mira hacia el futuro este convenio como imprescindible. “Necesitamos y es parte de la planificación estratégica en que nos encontramos, proyectando los próximos 5 años, determinarnos para ir donde otros no están, sin ningún narcisismo, sin sentido de ser superhéroes, pero visualizar que por mandato del Padre Hurtado, y la enseñanza del Señor Jesucristo, y por sentido país, debemos dar una contraseña cultural, de que en vez de apostar permanentemente solo por las sandías caladas, los que tiene algún potencial de producción que tiene que ser activado, el Padre Hurtado nos dejo como herencia una misión humanizadora, que tiene que ver con cuidar, reparar y preservar la dignidad humana, incluso en aquellos rostros de aquellos que nadie espera nada, porque para el Señor Jesús, el Padre Hurtado y el Hogar de Cristo, no tenemos derecho a decidir que un caso está perdido”, comenta.
Por último llama a esta relación como un sacramento, de lo que el país tiene que llegar a ser un día, porque ya tiene los “pantalones largos”. Nosotros que nos decimos Católicos, cristianos, herederos del Padre Hurtado que estudio en esas aulas, tenemos que ver este convenio como un sacramento, lo vamos a hacer inspirador, reparador, funcional, de manera que desafíe a la política pública, porque hoy en día, el tema de los cuidados paliativos es inexistente como mentalidad, como centro de costos, son tan pocos, es un tema complejo”, añade.
Y concluye que este acuerdo supone que somos instituciones vinculadas en la palabra de Jesús, y por tanto no cabe duda que estamos siempre pensando “Qué haría Cristo en mi lugar”. “No cabe duda que se involucraría mucha más gente personalmente e institucionalmente con recursos mayores para manifestar la dignidad del ser humano y desde ahí desafiar a la sociedad civil a decir sabes por aquí seguimos”.