El porcentaje de adultos mayores se ha ido incrementando en los últimos años, alcanzando un 16% de la población general, según el censo realizado el año 2017. Esto trae consigo que se requieran servicios más complejos, puesto que a esa edad se presenta una mayor carga de enfermedades, discapacidades y dependencias.
Fecha: 22 de febrero 2021
Entre las enfermedades más habituales en la población mayor se encuentra el Alzheimer, el cual se caracteriza por un deterioro de diversas funciones cerebrales, acompañado de síntomas cognitivos, psicológicos y cambios en la conducta.
El geriatra y profesor titular de la Escuela de Medicina UC, Pedro Paulo Marín, comenta que esta enfermedad suele comenzar a manifestarse en personas sobre los 60 años, sin embargo, señala que es más frecuente que se desarrolle en adultos mayores de 80 u 85 años.
Entre los primeros indicios del Alzheimer, el especialista menciona que “se comienza a comprometer la memoria, dejan de aprender cosas nuevas, cambia a veces su personalidad, se les dificulta recordar palabras habituales”. A su vez, explica que esta es una enfermedad progresiva, por lo que cuando se diagnostica es porque la falla de la memoria ha comenzado a entorpecer labores de la vida diaria.
Si bien aún no se conoce con exactitud la causa de esta enfermedad, se está estudiando, con lo que se han generado distintas hipótesis y teorías. El Dr. Marín comenta que “existe una falla de la conexión entre las neuronas, en las personas mayores se asocia a una falla del riego cerebral, de las arterias que irrigan el cerebro”.
Por su parte, indica que, en general el Alzheimer no es una enfermedad que sea hereditaria, como el cáncer de mama o colon, sino más bien, la edad avanzada de las personas genera un aumento en las posibilidades de desarrollarla.
Dentro de las complicaciones en fases más avanzadas de la enfermedad, el doctor señala que se generan dificultades al comer, puesto que se atoran y deben comer sentados. También existen problemas al vestirse y bañarse. Sumado a esto, se producen problemas de comportamiento, insomnio, gritos, alucinaciones, entre otras complejidades.
Si bien el Alzheimer afecta las actividades de la vida diaria, el Dr. Marín recomienda entrenar la memoria realizando talleres, aprendiendo cosas nuevas, jugando, cantando, y más. Lo importante es mantener activa a la persona y no dejarla todo el día en cama, puesto que de esta manera va perdiendo musculatura y la calidad de vida se va deteriorando.