Tras casi cuatro meses de lucha contra el Covid-19, son miles los contagiados en Chile y también son miles los profesionales de la salud que están con el virus o en cuarentena preventiva. Ante la necesidad de más manos que apoyen a los funcionarios sanitarios, los voluntarios se han convertido en una reserva crucial para enfrentar la peor pandemia de la historia de nuestro país.
Fecha: 12 de julio 2020
El Sars-Cov-2, responsable del Covid-19, vino a cambiar todo lo que se acostumbraba a hacer en el trabajo médico diario. La sobrecarga de los profesionales y funcionarios de la salud, junto con los contagios y cuarentenas, ha disminuido al personal médico, convocando iniciativas de voluntariado para darle una mano a los que se han llevado el mayor peso en este combate.
Los alumnos que se pusieron a disposición de los recintos sanitarios, han estado aportando en distintas labores como manejar fichas médicas, entregar información a los familiares de sus parientes hospitalizados, y realizar traslados, agilizando así considerablemente el trabajo de los médicos especialistas que están en primera línea.
“Para uno como docente es muy lindo ver a los alumnos con esas ganas y energía haciendo un trabajo voluntario en un contexto como este. Uno queda tranquila, feliz y con la certeza de que tienen la vocación de estar donde están, verlos así a uno le llena el espíritu y dan muchas más ganas de seguir acompañándolos en su entrega hacia las personas”, comenta la Dra. Marcela Cisternas, Directora de Pregrado de la Escuela de Medicina UC y coordinadora de los alumnos voluntarios.
El apoyo que los alumnos de medicina brindan a los distintos centros de salud de la Universidad, otros centros asociados y Cesfam, no sólo ha contribuido al manejo de pacientes con coronavirus, sino que también ha sido de gran ayuda para recintos y especialidades que tuvieron que dejar partir a varios de sus funcionarios a trabajar con pacientes y áreas más críticas.
“En esta pandemia los esfuerzos se han centrado en los enfermos por Covid-19 y es lo correcto, pero no hay que olvidar a otros grupos vulnerables. Cuando fui a la cárcel a ayudar, noté que si bien ir a controlar las enfermedades de base de las internas no les cambiaría la vida, sí les puede aliviar la ansiedad que sienten por no tener un control adecuado y la angustia por sentirse dejadas de lado”, dice Isabel Rao, alumna de 5to año y voluntaria en la cárcel de mujeres de San Joaquín.
Alessandra Jarufe, alumna de 2do año, hizo su voluntariado en el Centro del Cáncer UC: “Aunque se piense que es un servicio no directamente relacionado a la pandemia, es una unidad de pacientes críticos y de riesgo que no puede dejar de funcionar. Mi labor era vigilar el ingreso al Centro tomando la temperatura y realizando un par de preguntas en relación a síntomas o potencial riesgo de tener Covid-19, todo esto con el fin primordial de proteger a los pacientes oncológicos y que el Centro sea lo más seguro posible para ellos”.
De esta manera, varios voluntarios realizaron trabajos de apoyo en regiones, recintos penitenciarios, especialidades como neonatología y el Centro del Cáncer UC. Si bien el foco está en pacientes Covid-19, estos alumnos tienen claro que no se pueden descuidar ni dejar de lado a los otros pacientes que también están en estado de vulnerabilidad ante una enfermedad.