En una ceremonia presidida por el rector, Dr. Ignacio Sánchez, la Escuela de Medicina graduó a una nueva generación de profesionales de la salud.
Fecha: 28 de febrero 2020
Tras el inicio de la ceremonia con la invocación para los nuevos médicos realizada por el Pbro. Tomás Scherz, el decano de la Facultad de Medicina, Dr. Felipe Heusser, se dirigió a los recién egresados primero agradeciendo su elección y su aporte a la Institución y luego recordándoles que esta es una carrera de mucha vocación:
“La etapa que hoy culminan es también el inicio de una nueva, un nuevo y apasionante proceso que es ser médico y que les tomará toda la vida. Durante este camino estén atentos a no desviarse del centro de nuestra misión: la persona, el paciente y su familia, a ellos nos debemos entregar con todas nuestras capacidades técnicas y humanas”.
“La situación actual del país nos ha hecho reflexionar sobre qué debemos hacer mejor y qué debemos hacer más para aportar a solucionar la segregación que existe en el acceso a la salud. Como Facultad estamos comprometidos a seguir trabajando en esto y los invito a ustedes a hacer lo mismo desde donde les toque, los invito a sumarse a esta misión de tener un Chile con una mejor salud”, agregó el Decano.
Luego de las palabras del Dr. Felipe Heusser, el rector de la Universidad, Dr. Ignacio Sánchez, realizó el juramento, pero antes entregó algunas palabras a los recién egresados: “No cabe duda que hoy la Escuela es mejor que el día en que ustedes entraron gracias a su aporte. La Universidad este año cumple 132 años, y debe traer su tradición, pero esta tradición debe dialogar con la realidad nacional, debe reinventarse y actualizarse, y para eso ustedes son elementales”.
Tras la entrega de los diplomas, como es tradición, en representación de los egresados se dirigió a los asistentes el Dr. José Pesenti, quien narró el paso de la generación por la Escuela haciendo hincapié en distintos hitos que los marcaron, como la primera clase, la primera vez que usaron su bata, el primer paciente, la primera operación, la licenciatura, el internado, y otras lamentables y difíciles como el fallecimiento de uno de sus compañeros y amigo.
José también se refirió al estallido social: “Tenemos muy distintas visiones e ideas, pero sí estamos de acuerdo en que es necesario un cambio. Un cambio no para nosotros, que probablemente pertenecemos en nuestra mayoría a los 3 millones de chilenos que tienen Isapre, sino que para los 14 millones que hospitalizamos en sillas en la urgencia del Sótero del Río, o para los que fallecieron esperando que la lista avanzara, un cambio para los que perdieron la esperanza y para los que su mayor temor es enfermar”.
“Sé que seremos médicos integrales, que valoran el autocuidado, que juegan fútbol y rugby, que tocan piano y guitarra, y que cantan y bailan, somos y seremos distintos, pero confío en que seremos médicos con conciencia de los distintos Chile que tenemos, sin distinción de orígenes, género, ingresos o ideas. Salgamos de aquí y hagamos por fin realidad nuestros sueños, salgamos y trabajemos por una salud digna y de calidad para todos, salgamos y busquemos nuestra felicidad”.
Este reconocimiento corresponde a la mayor distinción que otorga la Escuela a uno de sus egresados, quien además de tener un buen rendimiento académico se destaca por su espíritu de compromiso con la Escuela y sus pares, un médico de ciencia y conciencia.
Esta distinción es elegida por las autoridades previa consulta a los propios alumnos y académicos que han tenido contacto con la generación que egresa.
