Estudiantes de Medicina participaron en operativo de emergencia a Chañaral

Estudiantes de Medicina participaron en operativo de emergencia a Chañaral

Fecha: 27 de mayo 2015

El pasado jueves 30 de Abril un grupo de la Facultad de Medicina partió hacia el Norte con una misión en particular: construir viviendas de emergencias en Chañaral para las familias afectadas por el aluvión.

Y así lo relatan los propios voluntarios: “De a poco comenzamos a llegar al Infocap con nuestros bolsos, sacos de dormir, aislantes, pero sobre todo, con muchas ganas de aportar un granito de arena a la triste situación que afectó al norte de nuestro país.

Nos subimos al bus para empezar un muy largo viaje, en el que conversamos, nos reímos, dormimos y nos informamos más sobre la forma en la que trabajaríamos, nuestras cuadrillas, etc. Al llegar nos dieron una sala pequeña para dormir. Éramos unas cuarenta personas, así que como en un juego de tetris acomodamos los sacos para que todos tuviéramos un espacio. Al rato nos llamaron a almorzar y luego partimos al que sería nuestro lugar de trabajo por cuatro días.

Camino al lugar, pudimos ver las grandes consecuencias que dejó el aluvión. Barro en todas partes, casas destruidas, edificios partidos por la mitad, autos arrastrados, era una comuna casi fantasma. Llegamos a un terreno donde ya se habían construido algunas viviendas, y se comenzarían a construir otras.

En nuestro primer día de trabajo pasaron por nuestras manos chuzos, huinchas y palas para fijar los famosos – y no muy queridos – pilotes; luego vendrían los niveles, mazos, martillos y clavos. Dolor en el cuerpo, heridas en las manos, moretones, quemaduras por el sol, el cansancio se comenzaba a notar, pero el ánimo y el fin nos alentaban a seguir. Las horas y días pasaban y con ello el trabajo se manifestaba: las viviendas ya comenzaban a tomar forma.

El trabajo no fue fácil, pero con cada paso que dábamos veíamos la meta más cerca. La vivienda tomó su forma completa, y con ésta llegó nuestro último día, un viaje que terminó de la mejor manera.

La comunidad de Chañaral se portó increíble con nosotros; pese a todo lo que vivieron, nos recibieron con los brazos abiertos y la mejor de las sonrisas. Nos cocinaron exquisito, en cada cucharada sentíamos el cariño con que lo hacían, y por esto también la despedida fue difícil, un “no nos olviden” fue una de las frases que quedó en mi cabeza, “aún se necesita ayuda”.

La vuelta a Santiago fue distinta, llegamos diferentes… y no solo por la notoria suciedad y el cansancio. Sin duda, y creo que hablo por muchos, esta oportunidad nos hizo crecer, nos permitió aprender, darnos cuenta de lo que tenemos para valorarlo aún más y cambiar nuestras formas de ver las cosas.

Fue realmente una experiencia completa y hermosa. Conocí personas increíbles, se formaron lazos muy lindos y fuertes, pero principalmente pude notar la gran calidad de personas que eran todos; pese al cansancio y el mal dormir, siempre estuvimos dándonos ánimo y ayudándonos entre todos, como una gran familia.

Agradezco la oportunidad que se nos dio de poder aportar con un pequeño esfuerzo, que sumados entre todos, nos permitieron dar viviendas a seis familias que lo necesitaban. Experiencias como estas se tienen que repetir. Gracias por todo. ¡GRANDE MEDICINA UC!”, así lo relató la alumna de primer año, Andrea Carvajal.

Para Matías Arteaga, alumno de Medicina “Estas son las cosas de la vida que no se olvidan”- así me decía un amigo mientras pasábamos por la zona de cero camino a construir. Y así lo relata: “Chañaral era un pueblo fantasma, las casas estaban inundadas por el barro, los autos volcados y destruidos por completo. No había calles y ningún alma que rondaba por las calles, solo nosotros cada día en la mañana que nos dirigíamos al lugar donde se construirían las viviendas de emergencia, fue una panorámica muy triste y desalentadora. Pero había algo que nos decía que valía la pena y pudimos descubrirlo el último día cuando 350 voluntarios cantaban con fuerza y sin parar “Oh dale Chañaral”. De cada uno de ellos emanaba un sentimiento de compañerismo y de entrega sin igual.

Estoy  seguro que ninguno de los 40 voluntarios que fuimos a Chañaral volvimos igual, el poder ver la fuerza de la naturaleza y la debilidad humana en un solo lugar fue impactante.  Pero después de 4 días y escuchando las palabras de la Señora Judith, Directora del Colegio, nos dimos cuenta que ninguna fuerza podrá superar esa capacidad que tenemos los seres humanos de poder levantarnos una y otra vez, porque sabemos que a nuestro lado está la gente que nos quiere, que habrá otro Chileno que nos ayude a levantarnos y que podemos salir adelante porque somos un país solidario que no se olvida de nuestro prójimo.

Esto no debería ser un paréntesis en nuestras vidas, sino una forma de vivir el día a día con nuestros pacientes, amigos y  nuestra familia.  Esta experiencia nos hizo crecer a todos, nos llenó el corazón y trajo de vuelta personas que buscan y quieren un mejor Chile para todos”, agregó.

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