El Real World Evidence (RWE) es un desafío que enfrentarán los tomadores de decisiones en los próximos años para incluir los avances de la informática en el quehacer diario del área.
Fecha: 26 de junio 2018
La revisión de grandes bases de datos para distintos fines es algo que se ha vuelto habitual en diversas disciplinas; en salud se estudia cómo usar mejor esta herramienta en la toma de decisiones para la aprobación de prototipos, la comercialización de fármacos, biotecnología y más, explica el Dr. Manuel Espinoza, académico de Salud Público de la Escuela de Medicina UC.
En el pasado, muchas de las decisiones de incorporación de tecnologías solamente se sustentaban en información de estudios clínicos, principalmente ensayos clínicos controlados. Con el advenimiento de nuevos sistemas de información, tanto las agencias reguladoras (como la FDA) como las de evaluaciones de tecnología sanitaria han comenzado a tomar ésto en cuenta en la aprobación de tecnologías y las decisiones de cobertura en salud, respectivamente.
Un grupo de académicos latinoamericanos, coordinados por al agencia Sueca MAPI, se reunieron para revisar la experiencia de la región, especialmente de Argentina, Chile, Brasil y Colombia, y traducirla en el manuscrito “Real World Evidence en las tomas de decisiones en salud: Tendencias globales y casos de estudios en Latinoamérica”, disponible en línea.
“Lo que hicimos fue revisar cómo se ha ido estructurando el lenguaje, pues ya hay cierto consenso sobre cómo llamar a la disciplina (Real World Evidence), pero también existen otras definiciones que tratamos de aclarar. Además revisamos dónde se genera esta evidencia, cuál es su uso potencial para la toma de decisiones en salud y revisamos el estado cuatro países”, señala el Dr. Espinoza, coautor del texto.
Para los académicos que participaron en este libro, la instancia sirvió para reflexionar sobre cómo se proyecta el futuro donde la información se generará a partir de muy diversas fuentes: desde los comentarios o las interacciones en redes sociales a los registros de los servicios de salud.
“Por ejemplo, nos enfrentamos a un futuro con aplicaciones en celulares para pacientes, que van a consultar a un doctor en su teléfono y van a tener a su alcance más información. Viene esa reflexión sobre cómo regular y trabajar con ésto, además decir cómo usamos esta inmensa capacidad para el beneficio de la población”, agrega el Dr. Espinoza. El texto completo del manuscrito, del cual una brece síntesis se encuentra en revisión para su publicación en un medio científico, se encuentra disponible y de acceso libre.