Académicos UC debaten sobre los grandes desafíos en materia de salud

¿Cuáles serán los grandes temas que dominarán la palestra pública chilena en el futuro cercano? La Dra. Paula Margozzini, la doctora Catterina Ferreccio y el Dr. Jaime Cerda, todos académicos del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina UC, realizan un análisis en profundidad sobre temas como: la vacunación, la obesidad, el consumo de alcohol y la seguridad alimentaria. 

Fecha: 6 de junio 2016

Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer los temas destacados de salud en las Américas en 2015 y sus desafíos a futuro. Decidimos hacer un análisis en profundidad con nuestros propios académicos para ver qué es lo que nos depara 2016 en materia de salud. Aquí el resultado. 

1. Avances en la vacunación

El año pasado, las Américas se convirtió en la primera región del mundo en ser declarada libre de transmisión endémica de rubéola, convirtiéndose éste en uno de los grandes logros sanitarios de la región, que ya en 1971 erradicó la viruela y 1994 la poliomielitis.  

“Este logro es consecuencia de un extenso y arduo trabajo internacional, y pone de manifiesto una vez más el importantísimo e insustituible rol que juegan las vacunas en mantener a la población libre de enfermedades graves, secuelantes y a menudo letales como son la rubéola y el síndrome de rubéola congénita”, indica el Dr. Jaime Cerda, docente de Medicina UC. 

Si bien es cierto,  podemos constatar que la región ha ganado una batalla más, los desafíos no han terminado: la próxima enfermedad que debiese ser erradicada de nuestra región es el sarampión. “Tarea que debemos asumir con responsabilidad y entusiasmo”, señala el Dr. Cerda.    

En 2015 más de 60 millones de personas fueron vacunadas contra el sarampión, la rubéola, la poliomielitis, neumonía y otras enfermedades en 45 países de las Américas, en el marco de la 13a Semana de Vacunación en las Américas de la OPS/OMS. Pero, ¿qué falta aún para erradicar totalmente el sarampión de nuestro territorio?

VacunaSon varios los elementos que deben confluir para lograr lo anterior, elementos técnicos, como contar con vacunas efectivas; elementos logísticos que permitan disponer de un sistema coordinado de almacenamiento, distribución y administración de vacunas; y elementos de tipo económicos, que signifiquen una cantidad de recursos suficientes como para la compra de vacunas, entre otros. 

“Desde este punto de vista, ésta es una tarea interdisciplinaria, donde todos los actores relevantes deben cumplir con su rol. A menudo se piensa que ésta es una responsabilidad sólo de la autoridad sanitaria y los trabajadores de la salud, sin embargo, esta mirada es incompleta, pues excluye al actor más importante de todos: los padres, madres y cuidadores de los niños que reciben las vacunas”, indica el especialista de la Pontificia Universidad Católica de Chile.  

Hoy es prácticamente imposible alcanzar coberturas de vacunación que permitan la erradicación de enfermedades sin el compromiso de la sociedad en su conjunto. “Lamentablemente, tanto en Chile como en el extranjero hemos sido testigos del actuar de personas y grupos antivacunas, quienes de manera irresponsable comunican a la población mensajes errados. Sus consecuencias son nefastas, pues en la medida que la cobertura poblacional de vacunación disminuye, se generan las condiciones propicias para que se produzca un brote o epidemia de una enfermedad infecciosa, a menudo de consecuencias lamentables”, indica el Dr. Jaime Cerda, del Departamento de Salud Pública de Medicina UC. 

Bajo esta misma línea, uno de los grandes desafíos del país en 2016 tiene que ver con la vacuna anti-neumocócica. “Tenemos la oportunidad de reemplazar la actual por una formulación 13−valente, hecho que permitiría ampliar el espectro de serotipos de neumococo cubiertos por la vacuna. Además, podemos introducir la vacuna anti−pertussis en la embarazada, lo cual fortalecería la protección del recién nacido contra la tos convulsiva, especialmente durante sus primeros meses de vida”, agrega el especialista. 

Esto sin dejar de enfatizar que el principal desafío en este sentido tiene que ver con mejorar la comunicación con los padres, madres y cuidadores de los niños que reciben las vacunas.

2. La lucha contra la obesidad y el consumo de alcohol

ObesidadLas ventas de alimentos procesados industrialmente, incluyendo la llamada “comida rápida” y las bebidas azucaradas están aumentando de forma constante en la región desde hace algunos años y Chile no está apartado de esta realidad. 

“Sin embargo, el problema no es que aumenten las ventas de estos productos, sino que la carga de enfermedades crónicas asociadas a riesgos nutricionales, en Chile es abismante. Tanto que es inmanejable por el sistema de salud y le causa un costo al país que incluso frena el desarrollo económico”, explica la Dra. Paula Margozzini, especialista en Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

Hasta ahora, en el país las medidas intuitivas para detener este fenómeno, como son la educación “cara a cara” o individual, tanto a los niños como a los adultos, no ha demostrado una baja costo-efectividad  frente a este problema. De acuerdo a la doctora Margozzini, “hoy la externalidad social negativa producida por las enfermedades crónicas es tan grande que son necesarias otras medidas regulatorias más radicales y de mucho mayor costo-efectividad. En este sentido la nueva Ley de Etiquetado, la prolongación de la lactancia materna con la Ley de Postnatal y el aumento de los impuestos a las bebidas azucaradas, son todas buenas medidas que ha tomado Chile”.   

Desde el punto de vista del consumo de alcohol, el panorama no es muy auspicioso para el país tampoco. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es el país que presenta mayor consumo anual per cápita en la región, con 9,6 litros de alcohol puro. “Con esto sucede algo muy similar a la lucha contra la obesidad.  Hoy lo que más se necesitan son medidas poblacionales de alto impacto que puedan ser realmente costo-efectivas como: la diminución de disponibilidad física del alcohol, la regulación de la publicidad o marketing, y subir el precio del alcohol”, indica la académica. 

3. Alimentos ultraprocesados: Una tarea pendiente

Actualmente más de 200 enfermedades son causadas por alimentos contaminados y en América Latina, en general, 77 millones de personas sufren cada año de alguna de éstas. 

En general, los alimentos suelen estar contaminados por agentes biológicos como: virus, bacterias, hongos, protozoos, amebas, parásitos o sustancias químicas como arsénico, plomo, dioxinas o toxinas de hongos como las aflatoxinas.  A través de la historia y del desarrollo de cada población van cambiando los agentes más importantes.  

Así, en Chile, hace 50 años, los que más destacaban eran los agentes biológicos. Estos afectaban principalmente a niños menores de 5 años, causando altas tasas de mortalidad infantil y desnutrición.  “Hoy hemos controlado en gran medida estos agentes y tenemos una de las más bajas mortalidades infantiles en América. Sin embargo, los agentes químicos y algunos parásitos causan efectos a largo plazo, en la población adulta. Ese es un tema pendiente de dimensionar en Chile: cuánta enfermedad y muerte en el total de la población es causada por alimentos contaminados y cuáles son los principales agentes hoy”, indica la Dra. Catterina Ferreccio, especialista de Salud Pública de la UC. 

Hoy el país ha avanzado en la protección microbiológica del agua y de alimentos. Chile ha invertido en plantas de tratamiento de las aguas servidas, y en el control del riego con dichas aguas, con lo cual han desaparecido enfermedades que fueron altamente endémicas como la fiebre tifoidea y la “chilenitis”, este último era un cuadro de diarrea que solía manifestarse con mucosidades y sangre, y afectaba principalmente a turistas. Lo cual era resultado de la alta contaminación fecal de los alimentos en el país antes de los años 90´s.  “Por su lado, y gracias a las intensas campañas de salud pública, la población tiene conciencia de los riesgos y en general hacen buen uso del agua potable, la refrigeración y la disposición de basuras, pero también el país hizo una gran inversión en tratamiento final de aguas servidas”, agrega la docente. 

También se ha avanzado en la contaminación de agua y alimentos por arsénico. Desde 1970 se dispone de plantas de abatimiento de este contaminante y ya a mediados del 2000 se cuenta con agua segura en términos de este metal en todas las ciudades de Chile. A excepción de algunos poblados en el norte de Chile y algunas zonas en la región Metropolitana.

Frutos secosSin embargo, hay agentes emergentes, sea porque son nuevos contaminantes o porque desconocíamos su presencia en el país.  Estos, además no se manifiestan de inmediato con un cuadro diarreico, sino que pueden tener un efecto acumulado y el daño ocurre hasta décadas después de la exposición. “Entre éstos agentes yo destacaría la aflatoxina.  Esta es una toxina causada por un hongo llamado Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, estas se encuentran en especial en el maíz, maní, semillas y frutos secos. Esta aflatoxina es un potente cancerígeno que causa cáncer al hígado, en especial, en regiones en que hay alta prevalencia de hepatitis B”, indica la académica.  De hecho, recientemente se ha encontrado en la sangre de algunos pacientes con cáncer a la vesícula biliar y en algunas muestras de alimentos 

Históricamente, la autoridad sanitaria ha focalizado sus esfuerzos en los aspectos de contaminación microbiológica, disponiendo de menos recursos para las contaminaciones por productos químicos. “Pienso que efectivamente, la prioridad nacional es mantener la seguridad microbiológica de los alimentos y avanzar en los problemas de la malnutrición.  Se conoce que las personas no pueden cambiar su estilo de alimentación si se mantiene un ambiente que las empuja a los alimentos chatarra.  El MINSAL está pronto a iniciar un ambicioso programa que busca modificar el ambiente alimentario para que las personas puedan efectivamente hacer elecciones más saludables y en particular cuidar el ambiente alimentario de los niños, quienes hoy son las principales víctimas de un ambiente muy agresivo que los empuja al consumo de alimentos ricos en azúcar, sal, grasas saturadas”, indica la académica UC.  

Paralelamente con abordar este problema del ambiente alimentario chileno en cuanto a calidad de los nutrientes es necesario iniciar programas de inocuidad de los alimentos con énfasis en la contaminación química. “En este último punto, es necesario que el sector público refuerce su capacidad analítica y la magnitud de esta vigilancia. Los primeros controles debieran ser a los grandes distribuidores, porque afectan a gran parte de la población”, subraya la Dra. Ferreccio.

Un sistema de salud de calidad es la base de un estado de bienestar. Chile requiere de un impulso en este ámbito. El país ya ha demostrado estar preparado para llevar a cabo reformas. Ahora, tendrá que ser igualmente valiente para impulsar nuevos cambios que lleven a una asistencia médica de vanguardia, donde temas como la vacunación, la obesidad, el consumo de alcohol y la seguridad alimentaria encuentren una respuesta satisfactoria. 

 

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