Con éxito de convocatoria Fundación Manantial de Ilusión en alianza con el Centro UC Síndrome de Down, estrenó obra “Sueño, Locura y Juventud”

Con éxito de convocatoria Fundación Manantial de Ilusión en alianza con el Centro UC Síndrome de Down, estrenó obra “Sueño, Locura y Juventud”

Fecha: 29 de diciembre 2015

 

Emocionados los asistentes a la obra “Sueño, Locura y Juventud” salieron de la sala del segundo piso del Teatro UC al ver el gran montaje que diseñaron un grupo de adolescentes de la Compañía Nacional de Teatro Manantial de Ilusión, quienes liderados por el director y arte terapeuta, Víctor Romero, trabajaron más de seis meses en la adaptación del clásico de W. Shakespeare “Sueño de una noche de verano”.

Una de los invitados fue el Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dr. Ignacio Sánchez, quien al finalizar la obra dejó atrás su discurso para dirigir unas palabras de manera espontánea. “La verdad es que yo creo que todos estamos muy emocionados, muy sorprendidos, muy alegres y sobretodo conmovidos con la reciente obra que acabamos de ver. Quiero saludarlos a todos, pero particularmente a las familias de los adolescentes y adultos que acaban de actuar. A Macarena Lizama, directora del Centro UC Síndrome de Down y a todo su equipo, quiero representar lo que significa cuando un académico tiene un cariño, una dedicación por algo que nace desde el corazón, y en quienes piensan que es un aporte que tienen que hacer a la sociedad”, expresó.

Y agregó: “Me parece que lo que vimos recién es una expresión de amor, una expresión de humanidad, una expresión de capacidad, y hoy día nuestros niños, nuestros adolescentes, que a muchos de nosotros nos sorprende, probablemente a los padres no, porque ustedes como familia saben de qué son capaces sus hijos, así es que yo diría que este discurso que tengo preparado no lo voy a leer, porque me voy a quedar con estas palabras que nacen del corazón. Los que merecen el mayor reconocimiento son los actores, realmente me conmovieron en cada una de sus actuaciones, en cada una de sus entregas, yo había visto la primera versión y vine hoy día pensando que íbamos a ver un avance de esa versión, pero esto es cómo haber leído un párrafo y después leer el Quijote completo, así es que felicitaciones”.

Para Víctor Romero, director de Fundación Manantial de Ilusión y terapeuta del Centro UC Síndrome de Down,  «este montaje cruza las biografías de los intérpretes con las temáticas y emociones de la obra, tales como: el amor y desamor adolescente de un joven corazón, el uso y abuso de poder de seres que buscan dominar y la inocencia de aquellos que sueñan con un mundo más justo, todas temáticas que aún están presentes en nuestra sociedad».

También agregó detalles de cómo se fue preparando la obra: “Siento que esto ha sido un desafío completamente cumplido, con las expectativas logradas, es un trabajo de todo el año que no termina, cierra simbólicamente una etapa, por un lado estrenamos, pero también nos constituimos como Fundación Manantial de Ilusión, una fundación que busca promover el arte y la inclusión, en este tipo de instancias. Nuestra idea es generar espacios inclusivos desde las artes y la educación como algo más formal, que no sólo se acote a una o dos funciones sino con una temporada, y desde esa misma formalidad promover este tipo de trabajos a la población y ojalá descentralizarlo para llegar a todo tipo de público”, detalló.

Víctor explicó también que se intentó de alguna forma incorporar distintos lenguajes dentro del arte no solo el arte dramático, sino que también el arte visual, la música y la plástica. “Lo que ustedes pudieron ver es un resultado, pero dentro del proceso gran parte de los textos, gran parte de las ideas de vestuario son parte del proceso creativo de los propios actores.

En cuanto a la preparación del grupo, el director señala lo notable que ha sido el crecimiento de los actores. “Desde un año hasta ahora los jóvenes han tenido un crecimiento abismante, desde el punto de vista comprensivo, emocional, desde la autonomía de sostener una obra de una hora y media, y también desde el momento de situarse en un escenario con más de 300 personas”, detalló.

Con cada ensayo, los jóvenes fueron aprendiendo una serie de habilidades y hábitos, tales como puntualidad, rigurosidad, constancia para memorizar los textos, trabajo en equipo. “Los jóvenes hicieron todo el trabajo de adaptación, desde el título hasta algunos textos. Por lo tanto, el mérito no es solo que interpreten la obra, sino que también está su trabajo en toda la producción, lo que nos hace sentir doblemente orgullosos”, afirma la Dra. Macarena Lizama, directora del Centro UC Síndrome de Down.

*(Extractos de textos y fotos gentileza Prensa UC)

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