El Dr. Pedro Rosso recibe el grado académico honorífico de Profesor Emérito de la Facultad de Medicina UC
Fecha: 13 de abril 2012
Quien fuera rector de esta universidad entre los años 2000 y 2010, y decano de Medicina desde 1991 a 1999, se mostró emocionado al recibir esta distinción académica, a la que calificó como “el testimonio de un amor correspondido”, aludiendo al “profundo cariño” que siente por la universidad.
El decano Luis Ibáñez, el vicedecano Nicolás Velasco y el director de la Escuela de Medicina Felipe Heusser entregaron obsequios al homenajeado.
El Dr. Pedro Pablo Rosso expresó su deseo de que la UC «nunca deje de soñar y que se proponga las metas más altas posibles».
La ceremonia reunió en el Salón de Honor a las autoridades de la UC y a muchos de los antiguos colaboradores del Dr. Pedro Rosso durante su gestión como decano y como rector. El primero en subir al estrado fue el padre Cristián Roncagliolo, Vice Gran Canciller de la universidad, quien leyó una carta dirigida al homenajeado por el Gran Canciller Monseñor Ricardo Ezzati, en la que le agradece por sus obras y su gran dedicación a esta casa de estudios.
Luego, el Dr. Nicolás Velasco, vicedecano académico de la Facultad de Medicina, realizó una semblanza de Pedro Rosso, en la que destacó sus virtudes personales y “su obra universitaria creativa y maciza”. “Pedro se enamoró de nuestra Universidad en 1959 cuando ingresó a la Escuela de Medicina”. Una vez finalizada su residencia como pediatra, el Dr. Rosso se trasladó a Estados Unidos para efectuar estudios de postgrado e investigar en temas de nutrición infantil en la Universidad de Cornell. “Al completar los estudios allí, se le contrató como profesor auxiliar en la Universidad de Columbia en Nueva York, en cuyo Instituto de Nutrición Humana desempeñó una brillante carrera, llegando a ser director del programa de doctorado y de la división de crecimiento y desarrollo de dicha institución”, convirtiéndose a la vez en una autoridad en el tema de la nutrición infantil.
Su carrera como investigador y experto internacional estaba en el punto más alto cuando en 1984 decidió volver a Chile. Hasta el día de hoy, relata el Dr. Velasco, el decano de entonces, Dr. Pablo Casanegra, luce con orgullo, como uno de sus especiales logros, la traída a Chile de Pedro Rosso.
“Ya en nuestro país se hizo cargo de la dirección de Investigación de la Escuela de Medicina y empezó a dibujar el futuro, tal como es su costumbre. Así nació el Centro de Investigaciones Médicas para el cual juntó, ladrillo a ladrillo, las donaciones necesarias para concretar ese sueño en 1990. Un año más tarde fue nombrado Decano de la Facultad. Entre las obras de su decanato están la creación de programas de formación en varias especialidades, la sede docente del Hospital Sótero del Río, el Centro de Bioética, las divisiones de medicina y cirugía, el programa y Centro de Cáncer; los programas de Medicina Intensiva, Enfermedades Infecciosas, Medicina Familiar, y el Doctorado en Ciencias Médicas, además del desarrollo de la Red de Salud UC.
Sus dos períodos como rector de la UC fueron orientados por cuatro principios: potenciar la función evangelizadora de la universidad y la formación integral de los estudiantes, fortalecer la investigación, y estimular un diálogo más activo con la sociedad chilena. Desde allí, surgieron muchas obras como el Centro de Políticas Públicas, el programa Puente UC, el centro Penta UC, la Encuesta Nacional Bicentenario, el centro MIDE UC, Elemental para la vivienda social, la red de salud familiar Áncora, y los programas UC Empresa, entre muchas otras.
El espíritu de los fundadores
Tras recibir la distinción de manos del rector Ignacio Sánchez y del decano de Medicina Luis Ibáñez, Pedro Pablo Rosso expresó su alegría y su deseo de compartir este galardón académico con “todas aquellas personas cercanas y queridas que me han formado, orientado, soportado y sostenido en mi camino”. Tras enumerar a muchas de ellas, realizó un recorrido por sus inicios en la Escuela de Medicina UC, mencionando a cada uno de los maestros que marcaron su formación. “De ellos, aprendí tres cosas que serían centrales en mi vida académica: la capacidad de pensamiento crítico; el saber que la ciencia es un sistema de ideas y no un quehacer; y un compromiso de fidelidad con el ideal universitario y sus valores”.
Recientemente nombrado miembro del Consejo Nacional de Educación, Pedro Pablo Rosso mencionó en su discurso la necesidad de que, al abordar los problemas del sistema universitario, surja la pregunta “¿qué necesita Chile de sus universidades?”, aludiendo a que la crisis “no es simplemente un tema estructural sino también existencial”.
Luego, tomó la palabra el decano de la Facultad de Medicina, Dr. Luis Ibáñez, quien expresó su agradecimiento al Dr. Rosso por haber contribuido a mantener el espíritu de los fundadores de la Facultad, quienes pusieron en el centro del quehacer a los pacientes y sus familias, a la búsqueda de la excelencia y al desarrollo de la investigación. “Esto se ha transmitido de generación en generación, y nos sentimos orgullosos de mantenerlo”.
La ceremonia finalizó con las palabras del rector Ignacio Sánchez, quien recordó los momentos en que sintió el apoyo del doctor Rosso para seguir adelante en su carrera, destacando también su ejemplo en muchos aspectos, como “su capacidad de innovación y su visión del compromiso institucional; el hecho de mirar hacia adelante y ver un camino claro”. Le gradeció también su respetuoso apoyo en estos años en que ha ejercido como su sucesor, y destacó las dos obras en las que el Dr. Rosso se ha embarcado en el último tiempo: el liderazgo en la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe, y su nombramiento en el Consejo Nacional de Educación. “El Dr. Rosso tiene por delante una labor muy importante para el país”, finalizó.
